Cuando era pequeña mi mamá se refería a mí, con gran ironía y cariño, como la simpática Maril. Como mujer de avanzadas creencias, fue siempre muy respetuosa y comprensiva de nuestras particulares formas de ser. Como mamá que quiere incondicionalmente a su hija, aceptó siempre que yo no era muy simpática. Su aceptación fue mi reforzamiento. Tanto que ni me enteré bien de que, de acuerdo a los estándares sociales, era “malo” ser así. Pero con mi reforzamiento materno a cuestas, le marché a mis metas sin pensar que tenía una debilidad. Luego descubrí que no ser simpática y tener el pelo largo era suicidio social. Algo así como la diferencia entre ser comparona y ser popular. Me fui enterando con sutilezas, cuando me hicieron saber en el trabajo que debía dar los buenos días. ¿Ah sí?
Por un tiempo me sufrí los avisos no tan sutiles y ponderé mucho el dilema de cambiar para complacer a los demás, ya que en mi configuración básica yo simplemente era como era y las personas debían aceptarlo. El problema es que no todo el mundo te quiere como tu mamá, y en una fiesta reciente surgió otra vez el comentario de mi falta de sociabilidad. Si me desahogo, me pregunto: ¿por qué puedo yo aceptar al sociable y él no me puede aceptar a mí? Claro, es más fácil.
Si me explico, entonces debo compartir lo que he aprendido. Según la forma en que la gente prefiere interactuar con el mundo y la forma en que reciben estímulo y energía, hay dos tipos de personas: introvertidos, como yo, y extrovertidos, como los que no me comprenden. El psicólogo Jung nos define así. Los introvertidos recibimos energía del mundo interior y las ideas, disfrutamos estar solos y somos reflexivos. Los extrovertidos reciben su energía de los lugares y las cosas y disfrutan estar con personas. Éstas, son tendencias dominantes, pero no limitantes, y no nos definen totalmente. Es decir, tenemos la capacidad de actuar de manera distinta. Crecer es justamente aprender a manejarse en las zonas fuera de preferencia. Yo confieso que he crecido tanto que doy hasta las buenas noches, pero admito que el reforzamiento fue fuerte. A los extrovertidos ahí afuera: los comprendo y los admiro.
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 10 octubre 2009
sábado, 10 de octubre de 2009
sábado, 3 de octubre de 2009
Yo fluyo
Con frecuencia digo que fluyo. Al menos ahora. Antes, admito, iba menos ligera y mi capacidad para ver los obstáculos era mayor. Irónico, porque ahora peso más y veo menos (porque los años no pesan pero sí pasan). Digamos que ahora tengo una vida con más miradas, y lo cierto es que, aunque todavía a veces me atortojo, mayormente sí fluyo. Lo hago cuando disfruto lo que tengo en el momento, descubro menos peros en lo que no esperaba y más ganancias en lo posible que aún no conozco. Descubro que, porque fluyo, soy diferente y, en la diversidad, descubro nuevas formas de ser feliz, constantemente. Confucio, el filósofo chino, lo puso más lindo al decir: “Aquel que estaría en constante felicidad debe encontrar el cambio frecuentemente”.
Heráclito, por su parte planteó que “todo fluye, como en el constante flujo del río”, que no es tan simple como suena. Correctamente interpretada significa que aguas diferentes fluyen y el río permanece el mismo. Pero es que precisamente porque el agua fluye el río es río (y no lago). El mensaje es que los ríos permanecen igual porque las aguas cambian. El punto aquí no es que todo está cambiando, sino que el hecho de que algunas cosas cambian permite la continuidad de la existencia de otras. O sea, la permanencia de la vida implica que fluyamos en ella.
Desde una mirada más reciente, el psicológo M. Csikszentmihalyi plantea que las personas más felices llevan vidas vigorosas, están abiertas a una variedad de experiencias, se mantienen aprendiendo hasta que mueren y tienen fuertes lazos y compromisos con otras personas y con el ambiente donde viven. Disfrutan cualquier cosa que hacen, aún cuando es difícil, casi nunca se aburren y pueden manejar los imprevistos con facilidad. Su mayor fortaleza es que se sienten en control de su vida. Plantea que para alcanzar este estado es necesario fluir. ¿Cómo? Fluimos cuando enfocamos nuestra atención en la tarea o momento actuales y descubrimos en ellos nuestras intenciones, metas y valores. Se trata de encontrar el disfrute en lo más trivial o transformar lo cotidiano y convertirlo en disfrute. Fluir es involucrarse totalmente con los niños, el trabajo, los amigos, los cónyuges…la vida. ¿Tú fluyes?
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.doColumna Ser Líder. El Caribe. 03 Octubre 2009
Heráclito, por su parte planteó que “todo fluye, como en el constante flujo del río”, que no es tan simple como suena. Correctamente interpretada significa que aguas diferentes fluyen y el río permanece el mismo. Pero es que precisamente porque el agua fluye el río es río (y no lago). El mensaje es que los ríos permanecen igual porque las aguas cambian. El punto aquí no es que todo está cambiando, sino que el hecho de que algunas cosas cambian permite la continuidad de la existencia de otras. O sea, la permanencia de la vida implica que fluyamos en ella.
Desde una mirada más reciente, el psicológo M. Csikszentmihalyi plantea que las personas más felices llevan vidas vigorosas, están abiertas a una variedad de experiencias, se mantienen aprendiendo hasta que mueren y tienen fuertes lazos y compromisos con otras personas y con el ambiente donde viven. Disfrutan cualquier cosa que hacen, aún cuando es difícil, casi nunca se aburren y pueden manejar los imprevistos con facilidad. Su mayor fortaleza es que se sienten en control de su vida. Plantea que para alcanzar este estado es necesario fluir. ¿Cómo? Fluimos cuando enfocamos nuestra atención en la tarea o momento actuales y descubrimos en ellos nuestras intenciones, metas y valores. Se trata de encontrar el disfrute en lo más trivial o transformar lo cotidiano y convertirlo en disfrute. Fluir es involucrarse totalmente con los niños, el trabajo, los amigos, los cónyuges…la vida. ¿Tú fluyes?
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.doColumna Ser Líder. El Caribe. 03 Octubre 2009
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