sábado, 3 de octubre de 2009

Yo fluyo

Con frecuencia digo que fluyo. Al menos ahora. Antes, admito, iba menos ligera y mi capacidad para ver los obstáculos era mayor. Irónico, porque ahora peso más y veo menos (porque los años no pesan pero sí pasan). Digamos que ahora tengo una vida con más miradas, y lo cierto es que, aunque todavía a veces me atortojo, mayormente sí fluyo. Lo hago cuando disfruto lo que tengo en el momento, descubro menos peros en lo que no esperaba y más ganancias en lo posible que aún no conozco. Descubro que, porque fluyo, soy diferente y, en la diversidad, descubro nuevas formas de ser feliz, constantemente. Confucio, el filósofo chino, lo puso más lindo al decir: “Aquel que estaría en constante felicidad debe encontrar el cambio frecuentemente”.
Heráclito, por su parte planteó que “todo fluye, como en el constante flujo del río”, que no es tan simple como suena. Correctamente interpretada significa que aguas diferentes fluyen y el río permanece el mismo. Pero es que precisamente porque el agua fluye el río es río (y no lago). El mensaje es que los ríos permanecen igual porque las aguas cambian. El punto aquí no es que todo está cambiando, sino que el hecho de que algunas cosas cambian permite la continuidad de la existencia de otras. O sea, la permanencia de la vida implica que fluyamos en ella.
Desde una mirada más reciente, el psicológo M. Csikszentmihalyi plantea que las personas más felices llevan vidas vigorosas, están abiertas a una variedad de experiencias, se mantienen aprendiendo hasta que mueren y tienen fuertes lazos y compromisos con otras personas y con el ambiente donde viven. Disfrutan cualquier cosa que hacen, aún cuando es difícil, casi nunca se aburren y pueden manejar los imprevistos con facilidad. Su mayor fortaleza es que se sienten en control de su vida. Plantea que para alcanzar este estado es necesario fluir. ¿Cómo? Fluimos cuando enfocamos nuestra atención en la tarea o momento actuales y descubrimos en ellos nuestras intenciones, metas y valores. Se trata de encontrar el disfrute en lo más trivial o transformar lo cotidiano y convertirlo en disfrute. Fluir es involucrarse totalmente con los niños, el trabajo, los amigos, los cónyuges…la vida. ¿Tú fluyes?

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.doColumna Ser Líder. El Caribe. 03 Octubre 2009

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