Hace unos días en el trayecto de la casa al colegio, nos acompañó un espectacular arcoíris. Luego del oportuno “¡Qué ápero!”, mi hijo me aseguró (no me preguntó) que debía haber una explicación científica de cómo se crea un arcoíris. El arcoíris se crea cuando la luz solar incide sobre las gotas de lluvia. Los colores son los de la luz blanca, dispersa. El observador del arcoíris debe estar localizado entre el sol y una lluvia de gotas esféricas, es decir, una lluvia uniforme. Sin embargo, dos personas que se encuentren al lado verán la luz dispersa por gotas distintas, es decir que cada uno verá su propio arcoíris. O sea, la explicación científica del arcoíris es que el arcoíris no existe. Es una imagen de luz dispersa, apreciada según la posición del observador.
Admito que me hubiera sentido cómoda con esta explicación. Es muy fácil para algunos de nosotros ver en blanco y negro: bien o mal, sencillo o complejo, justo o injusto. Lo difícil es ver los tonos en el medio, esos a los que los racionales elegimos llamar grises, como todo lo indefinido, porque aún nos cuesta comprender que lo indefinido está lleno de colores, como el arcoíris. Que entre lo correcto y lo incorrecto, lo planificado y lo espontáneo, la tristeza y la alegría encontramos…la vida.
Y que en el misterio que no puede explicar la ciencia nos encontramos a nosotros mismos, pero sobre todo a los demás: incompletos, imperfectos y repletos de tonalidades que nos parecen inexplicables, y por tanto, interesantes.
En la práctica Zen un dilema que la mente racional no puede resolver es un koan. La clave para resolverlo es un desplazamiento en la forma de ser del estudiante que permite un nuevo entendimiento de la pregunta. En coaching le llamamos a esto un cambio en el observador.
La respuesta que elijo para mi hijo es que la ciencia sólo es conocimiento organizado; pero que la mayoría de las cosas que le dan a la vida profundidad, significado y valor son impermeables a la ciencia. Mucho de la vida nunca puede ser explicado, sino sólo presenciado. La capacidad de verlo en colores, como el arcoíris, es nuestra. Sólo basta movernos una gota.
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 21 Febrero 2009
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