Las personas y las empresas evalúan continuamente qué les falta hacer para alcanzar una meta. Así han surgido varios métodos de análisis de problemas. El Ishikawa, que busca profundizar las causas raíces de los problemas para identificar aquellas pocas que ocasionan la mayor parte del problema. El pensamiento sistémico examina el sistema y mapea cómo las interacciones de los componentes producen los resultados observados. El método de sistemas emergentes plantea que las interacciones en un sistema son tan complejas que es imposible predecir el resultado, por lo que el futuro del sistema “emerge” de las interacciones, tal como sucede con las personas en las organizaciones. El problema con estos sistemas para solucionar un problema y alcanzar las metas deseadas es la complejidad que representan para su uso práctico. Aprendí recientemente sobre el Enfoque en las Soluciones, una forma de sintetizar y construir sobre los anteriores métodos desarrollando formas de trabajar que buscan identificar y amplificar las interacciones efectivas dentro de determinados contextos. El Enfoque en las Soluciones es un poderoso y práctico método para el cambio positivo en las personas, los equipos y las organizaciones. Plantea que buscar incesantemente los problemas nos hace expertos en el problema. Sin embargo, si buscamos lo que ha estado sucediendo que sí funciona y observamos el impacto positivo que genera, podemos elegir hacer más de eso. Admito que parece tan obvio o simple que no me sorprendería un “daaaah”, sin embargo me bastó un ejemplo real para aceptarlo. Una pareja se plantea la pregunta: ¿Cómo valorarías lo satisfecha que estás con nuestra relación en estos momentos? La mujer contestó: Más o menos un 6. El hombre dijo: ¡Vaya, sacamos un 6! Y luego añadió, ¿y qué es lo que hacemos para merecer un 6 y no un 1? La mujer encontró una lista de razones por las cuales la relación sí funcionaba. Se propusieron hacer más de esas cosas y la relación mejoró. Estamos a veces tan enfocados en encontrar lo que no funciona que alcanzamos un doctorado y disertamos sobre los problemas constantemente. Al final del día, estamos cansados y no encontramos luz para una nueva mirada. Para variar, te invito a intentarlo: Tu vida del 1 al 10, ¿por qué no es un 1?
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 27 Junio 2009
sábado, 27 de junio de 2009
jueves, 25 de junio de 2009
Cambiar o no cambiar
Uno de los dilemas planteados en coaching es el de la necesidad e incapacidad de cambiarnos a nosotros mismos. El planteamiento es, de entrada, un dilema en sí mismo. Con relación al cambio escuchamos, por un lado, que es lo único constante y, por tanto, si no cambiamos no crecemos. Por otro lado, escuchamos que como vinimos de fábrica estamos bien. Y así, gorditos, impacientes, inseguros e imperfectos debemos aceptarnos y querernos. Pero eso no es tan sencillo y lo cierto es que muchos nos hemos propuesto alguna vez cambiar algo de quienes somos, y muchos hemos fracasado en ese intento una y otra vez. Propongo abordar esto por partes, como Jack. Como obra del Creador vinimos enteros y, como seres humanos completos de nacimiento, somos un regalo de vida. Pero aprendemos luego que el regalo que somos no es suficiente para algún otro y, por tanto, para nosotros mismos. Sin embargo, lo cierto es que nuestra integridad no implica que somos de una forma definida y terminada. Como lo veo, lo que sí implica es coherencia, es decir, en esencia somos de una manera. Tal como lo planteó el reconocido psicólogo Jung, nuestras tendencias básicas permanecen siendo las mismas, sin embargo, lo que hacemos, y cómo lo hacemos podemos modificarlo. O actuamos como nos sale, “porque Dios nos hizo así”, o aprendemos diferentes formas de actuar que nos resulten más útiles para lo que queremos lograr. Esta es la perspectiva del cambio propuesta por el autor futurista Naisbitt. Plantea que si bien es cierto que la humanidad ha evolucionado, en esencia los seres humanos seguimos haciendo lo mismo: estudiamos, trabajamos, nos casamos, tenemos hijos. En el plano del cambio personal quizá resulte abrumador y desalentador proponernos la gran tarea de cambiarnos. Si, por el contrario, aplicamos el método Jack y lo miramos por partes nos podemos plantear simplemente aprender a hacer nuevas cosas o viejas de forma diferente y ser mejores en un dominio de la vida a la vez y con un propósito particular y propio para cada acción. Hablar menos para comprender mejor la amistad, tolerar más para ser mejor mamá, hacer ejercicio para fluir más, escuchar para liderar mejor…desde nuestra misma coherencia esencial, la que trajimos buena.
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 20 Junio 2009
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 20 Junio 2009
sábado, 13 de junio de 2009
Tomar una decisión
Parecería que tomar decisiones es una tarea fácil ya que en nuestra vida real practicamos casi a diario, sin embargo, para muchos, líderes y no líderes, tomar una decisión es un reto. Esto es lo que aprendí del conocido autor Jim Collins y lo que revelan sus investigaciones de más de catorce años.
1. Las grandes decisiones vienen de decir “Yo no sé”. Es más sabio reconocer ignorancia, ya que sólo así es posible descubrir posibilidades.
2. Mientras más grande es el alcance de la pregunta, mejor. Es fácil detectar las respuestas incorrectas. Se requiere una mente creativa para detectar las preguntas incorrectas. Cambia continuamente tus preguntas.
3. La decisión no es un consenso. El debate puede ser intenso, pero al final la decisión es tuya. Ninguna de las grandes decisiones estudiadas fue tomada en un momento de acuerdo unánime.
4. Las grandes decisiones vienen de la consciencia externa. La decisión es tuya pero sucede afuera de ti y tiene impacto en el ambiente o en los demás.
5. Aún las grandes decisiones solo determinan una fracción del resultado. Las grandes decisiones no valen 60 de 100 puntos en el resultado, sino más bien 6 de 100, o incluso 0.6 de 100.
6. Piensa en el largo plazo. Los grandes líderes dirigen para el próximo cuarto de siglo, no para el próximo cuarto de año.
7. Puedes cometer errores—incluso grandes—y aún así tener éxito.
De mi vida real aprendí también que no es tan fácil como luce en la página, porque las cosas y la gente real son un poco más complejas. Es por esto que a veces simplemente hay que actuar y luego preguntar. Mi antiguo jefe don Augusto decía: “dispara, y luego apunta”. Primero, porque no hay un libro de respuestas correctas, segundo, porque el tiempo es ahora, y tercero, porque la vida se gana con números, y cada pérdida te acerca más a la ganancia.
De mi racional mamá aprendí también que, a veces, no tomar una decisión es una decisión. Visto esto desde mi mirada como coach, a veces, nuestras decisiones no determinan toda nuestra vida, porque ella tiene una inexplicable forma de cuidarse a sí misma.
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 13 Junio 2009
1. Las grandes decisiones vienen de decir “Yo no sé”. Es más sabio reconocer ignorancia, ya que sólo así es posible descubrir posibilidades.
2. Mientras más grande es el alcance de la pregunta, mejor. Es fácil detectar las respuestas incorrectas. Se requiere una mente creativa para detectar las preguntas incorrectas. Cambia continuamente tus preguntas.
3. La decisión no es un consenso. El debate puede ser intenso, pero al final la decisión es tuya. Ninguna de las grandes decisiones estudiadas fue tomada en un momento de acuerdo unánime.
4. Las grandes decisiones vienen de la consciencia externa. La decisión es tuya pero sucede afuera de ti y tiene impacto en el ambiente o en los demás.
5. Aún las grandes decisiones solo determinan una fracción del resultado. Las grandes decisiones no valen 60 de 100 puntos en el resultado, sino más bien 6 de 100, o incluso 0.6 de 100.
6. Piensa en el largo plazo. Los grandes líderes dirigen para el próximo cuarto de siglo, no para el próximo cuarto de año.
7. Puedes cometer errores—incluso grandes—y aún así tener éxito.
De mi vida real aprendí también que no es tan fácil como luce en la página, porque las cosas y la gente real son un poco más complejas. Es por esto que a veces simplemente hay que actuar y luego preguntar. Mi antiguo jefe don Augusto decía: “dispara, y luego apunta”. Primero, porque no hay un libro de respuestas correctas, segundo, porque el tiempo es ahora, y tercero, porque la vida se gana con números, y cada pérdida te acerca más a la ganancia.
De mi racional mamá aprendí también que, a veces, no tomar una decisión es una decisión. Visto esto desde mi mirada como coach, a veces, nuestras decisiones no determinan toda nuestra vida, porque ella tiene una inexplicable forma de cuidarse a sí misma.
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 13 Junio 2009
sábado, 6 de junio de 2009
Creer para Ver
Esta semana me sometí a una cirugía de los ojos para ver sin tener que usar los espejuelos que me acompañan desde que tenía seis años. Quien no ha usado lentes pensaría, vanidad. Quien sabe lo que implica necesitarlos, diría: ¡libertad! Dos personas, dos paradigmas distintos. Los paradigmas los creamos en la primera etapa de la vida cuando incorporamos ideas, creencias y pensamientos de nuestros padres y maestros y los hacemos propios. Muchas veces no llegamos a validar si estos paradigmas realmente nos pertenecen. Simplemente los llevamos instalados sin saber cómo, cual barra de Google. Con el tiempo, estos paradigmas prestados se convierten en nuestro buscador propio, y filtran todo aquello que observamos (cual buscador de Google) para permitirnos ver sólo aquello que “machea” nuestra creencia inicial. Las diferencias entre creencias explican por qué dos personas pueden observar el mismo acontecimiento y describirlo de maneras distintas, es decir, prestar atención a diferentes detalles. En sabias palabras prestadas: “Nosotros no vemos las cosas como son. Las vemos como somos”.
Desde la mirada de coaching, lo que creemos sobre los demás, y sobre nosotros mismos, es lo que vemos, y aunque no es necesariamente la verdad, es muy poderoso. Nuestras creencias determinan la forma en que nos celebramos o nos sufrimos a nosotros mismos y nuestra vida. Cuando nos ponemos la creencia en frente de nuestros ojos y miramos a través de ella es difícil convencernos a nosotros mismos de que lo que vemos no es real. Pero resulta que nuestras creencias son usualmente incorrectas ó incompletas, porque sólo son la forma en que nosotros vemos las cosas, nuestro punto de vista o de referencia. Son las imágenes, supuestos e historias que llevamos en la mente acerca como deben actuar los demás, lo que debemos hacer y quienes debemos ser. Cuando son incorrectas, crean limitaciones. Como un par de espejuelos que ya no nos sirve para ver bien, la costumbre hace invisibles a las creencias y entonces vemos a través de ellas pero no a ellas…hasta que decidimos observarlas.
A veces es necesario dudar nuestras creencias o asumir nuevas que nos sirvan mejor en nuestra vida real. Es tan fácil y liberador como cambiar o dejar de usar los espejuelos.
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 6 Junio 2009
Desde la mirada de coaching, lo que creemos sobre los demás, y sobre nosotros mismos, es lo que vemos, y aunque no es necesariamente la verdad, es muy poderoso. Nuestras creencias determinan la forma en que nos celebramos o nos sufrimos a nosotros mismos y nuestra vida. Cuando nos ponemos la creencia en frente de nuestros ojos y miramos a través de ella es difícil convencernos a nosotros mismos de que lo que vemos no es real. Pero resulta que nuestras creencias son usualmente incorrectas ó incompletas, porque sólo son la forma en que nosotros vemos las cosas, nuestro punto de vista o de referencia. Son las imágenes, supuestos e historias que llevamos en la mente acerca como deben actuar los demás, lo que debemos hacer y quienes debemos ser. Cuando son incorrectas, crean limitaciones. Como un par de espejuelos que ya no nos sirve para ver bien, la costumbre hace invisibles a las creencias y entonces vemos a través de ellas pero no a ellas…hasta que decidimos observarlas.
A veces es necesario dudar nuestras creencias o asumir nuevas que nos sirvan mejor en nuestra vida real. Es tan fácil y liberador como cambiar o dejar de usar los espejuelos.
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 6 Junio 2009
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