sábado, 23 de mayo de 2009

¿A qué hora vives?

Este mes de mayo a mi hija le parece eterno. Está desesperada porque termine el colegio. Le digo que siente que sucede tan despacio porque desea mucho que llegue a su fin (¡vacaciones!). Su percepción tiene fundamento. A medida que los niños maduran desarrollan un sentido de futuro, una habilidad que es la base de la planificación y la perseverancia y está relacionada con la capacidad de comprender consecuencias futuras. Este sentido del tiempo juega un papel sutil pero muy poderoso en nuestro funcionamiento diario.
Descubro lo que ha estudiado la psicología del tiempo. Se ha concluido, por ejemplo, que nuestra capacidad de esperar es cultural. Los estudios revelan que la unidad de tiempo para los norteamericanos es de cinco minutos y que ellos están dispuestos a esperar hasta tres unidades, es decir, 15 minutos. En otras culturas, la unidad es 15 minutos y la capacidad de espera es también de 3 unidades, o sea, 45 minutos. En la nuestra tenemos dos unidades: la hora dominicana y la hora americana.
Zimbardo, psicólogo de Stanford, le llama a esto “perspectiva de tiempo”: la cantidad de tiempo que una persona pasa viviendo en el pasado, presente o en el futuro. Plantea que esta orientación puede ser psicológicamente sana o insana.
La orientación al pasado es sana cuando las memorias nos dan alegría, pero insana cuando nos hace vivir en la nostalgia y no nos permite cambiar y crecer. La orientación al presente tiene dos extremos: los presente-hedonistas, que buscan placer ahora, tienden más hacia la droga y el alcohol. Los presente-fatalistas se dejan llevar por la corriente de la vida, se sienten sin control y se deprimen. Los orientados al futuro hacen planes, análisis de costo-beneficio y retrasan el disfrute. Suelen tener éxito. Sin embargo, demasiada orientación al futuro los desconecta emocionalmente y no les permite disfrutar el momento presente. La receta obvia (pero muy fácil de olvidar) consiste en recordar los momentos felices del pasado, apreciar el presente y planificar para el futuro.
Los dominicanos hemos solucionado este dilema a la perfección. Me pregunto si con un reloj dominicano en una mano y un americano en la otra seremos capaces de vivir sanos y felices en el “in between”.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 23 Mayo 2009

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