Tuve la desdicha de experimentar un tapón en la Luperón provocado por sus legendarios charcos y nuevos desvíos establecidos para que podamos convertirnos en un país más elevado. No me niego a las obras de progreso, pero esto es lo que observo: conductores desesperados, carros quedados en el charco, ambulancias que no pueden transitar, siete filas intentando convertirse en dos y un hombre cayéndole a machetazos al carro de otro. Y todos conducimos alegremente hacia el progreso a través de unos malditos semáforos frizados en amarillo que pestañan con el plan de confundirnos. Ah, ¡verdad!, es que no podemos producir la luz, pero sí podemos pagar la nómina de las siete instituciones que des-regulan los semáforos porque no se ponen de acuerdo. Mi trayecto de 45 minutos me tomó dos horas y me regaló una visita el sentimiento del enojo. Como de elevación no creo que saque ninguna lección de esta bella demostración, decido aprender del enojo.
Nos enojamos en varios grados de intensidad, pero siempre la causa es una frustración. Ok, ¡estoy frustrada con el tránsito en este país!
La función esencial del enojo es darme más energía para enfrentar el obstáculo que produce mi frustración. Ok, a falta de machete…!tengo energía!
Hay dos tipos de enojo: el que destruye y el que resuelve. Ya veo…el machete no resuelve, ese es el enojo malo. El bueno es el que construye. Ya…con la energía. La dirijo hacia el obstáculo que me frustra. A-ja. Este enojo bueno hasta tiene dos pilares: expresar lo que siento ante lo que sucedió y demandar la respuesta que me “desenojará”. Pues aquí voy: estoy jarta de los tapones, los apagones, los charcos y las instituciones inservibles; ¡demando una respuesta que me desenoje! Perdón, pero es que aprendí que si se me acumula entonces el enojo es explosivo.
Entonces, si el enojo es una forma de energía—un contenedor a través del cual la energía de una persona fluye en un momento dado—cuando lo suelto me queda la energía misma, que es la fuerza de la vida. (En chino enojo significa “incrementar la fuerza de la vida”). A ver si entiendo el plan nacional: ¿lo que no nos eleva nos hace más fuertes?
Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 25 Julio 2009
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