sábado, 10 de octubre de 2009

La simpática Maril

Cuando era pequeña mi mamá se refería a mí, con gran ironía y cariño, como la simpática Maril. Como mujer de avanzadas creencias, fue siempre muy respetuosa y comprensiva de nuestras particulares formas de ser. Como mamá que quiere incondicionalmente a su hija, aceptó siempre que yo no era muy simpática. Su aceptación fue mi reforzamiento. Tanto que ni me enteré bien de que, de acuerdo a los estándares sociales, era “malo” ser así. Pero con mi reforzamiento materno a cuestas, le marché a mis metas sin pensar que tenía una debilidad. Luego descubrí que no ser simpática y tener el pelo largo era suicidio social. Algo así como la diferencia entre ser comparona y ser popular. Me fui enterando con sutilezas, cuando me hicieron saber en el trabajo que debía dar los buenos días. ¿Ah sí?
Por un tiempo me sufrí los avisos no tan sutiles y ponderé mucho el dilema de cambiar para complacer a los demás, ya que en mi configuración básica yo simplemente era como era y las personas debían aceptarlo. El problema es que no todo el mundo te quiere como tu mamá, y en una fiesta reciente surgió otra vez el comentario de mi falta de sociabilidad. Si me desahogo, me pregunto: ¿por qué puedo yo aceptar al sociable y él no me puede aceptar a mí? Claro, es más fácil.
Si me explico, entonces debo compartir lo que he aprendido. Según la forma en que la gente prefiere interactuar con el mundo y la forma en que reciben estímulo y energía, hay dos tipos de personas: introvertidos, como yo, y extrovertidos, como los que no me comprenden. El psicólogo Jung nos define así. Los introvertidos recibimos energía del mundo interior y las ideas, disfrutamos estar solos y somos reflexivos. Los extrovertidos reciben su energía de los lugares y las cosas y disfrutan estar con personas. Éstas, son tendencias dominantes, pero no limitantes, y no nos definen totalmente. Es decir, tenemos la capacidad de actuar de manera distinta. Crecer es justamente aprender a manejarse en las zonas fuera de preferencia. Yo confieso que he crecido tanto que doy hasta las buenas noches, pero admito que el reforzamiento fue fuerte. A los extrovertidos ahí afuera: los comprendo y los admiro.

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 10 octubre 2009

sábado, 3 de octubre de 2009

Yo fluyo

Con frecuencia digo que fluyo. Al menos ahora. Antes, admito, iba menos ligera y mi capacidad para ver los obstáculos era mayor. Irónico, porque ahora peso más y veo menos (porque los años no pesan pero sí pasan). Digamos que ahora tengo una vida con más miradas, y lo cierto es que, aunque todavía a veces me atortojo, mayormente sí fluyo. Lo hago cuando disfruto lo que tengo en el momento, descubro menos peros en lo que no esperaba y más ganancias en lo posible que aún no conozco. Descubro que, porque fluyo, soy diferente y, en la diversidad, descubro nuevas formas de ser feliz, constantemente. Confucio, el filósofo chino, lo puso más lindo al decir: “Aquel que estaría en constante felicidad debe encontrar el cambio frecuentemente”.
Heráclito, por su parte planteó que “todo fluye, como en el constante flujo del río”, que no es tan simple como suena. Correctamente interpretada significa que aguas diferentes fluyen y el río permanece el mismo. Pero es que precisamente porque el agua fluye el río es río (y no lago). El mensaje es que los ríos permanecen igual porque las aguas cambian. El punto aquí no es que todo está cambiando, sino que el hecho de que algunas cosas cambian permite la continuidad de la existencia de otras. O sea, la permanencia de la vida implica que fluyamos en ella.
Desde una mirada más reciente, el psicológo M. Csikszentmihalyi plantea que las personas más felices llevan vidas vigorosas, están abiertas a una variedad de experiencias, se mantienen aprendiendo hasta que mueren y tienen fuertes lazos y compromisos con otras personas y con el ambiente donde viven. Disfrutan cualquier cosa que hacen, aún cuando es difícil, casi nunca se aburren y pueden manejar los imprevistos con facilidad. Su mayor fortaleza es que se sienten en control de su vida. Plantea que para alcanzar este estado es necesario fluir. ¿Cómo? Fluimos cuando enfocamos nuestra atención en la tarea o momento actuales y descubrimos en ellos nuestras intenciones, metas y valores. Se trata de encontrar el disfrute en lo más trivial o transformar lo cotidiano y convertirlo en disfrute. Fluir es involucrarse totalmente con los niños, el trabajo, los amigos, los cónyuges…la vida. ¿Tú fluyes?

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.doColumna Ser Líder. El Caribe. 03 Octubre 2009

sábado, 19 de septiembre de 2009

Entretenimiento Portátil

En su “status” del blackberry, mi sobrino de 12 años ha escrito: “Aburrido”. Este espacio es una de las nuevas vías utilizadas para expresar sentimientos. Esto de hecho me parece un gran avance, ya que creo que identificar y compartir sentimientos es una forma de crecimiento personal. La paradoja aquí es que el aburrimiento no es un sentimiento que permite crecimiento. Esto parecía entenderlo un chofer que teníamos que le decía a mi hija que la palabra aburrido viene de burro. Aunque es fácil apreciar la normalidad en el aburrimiento de un niño, descubro que los adolescentes que no pueden estar consigo mismos sin entretenimiento externo carecen más tarde de la capacidad de llevar a cabo tareas adultas que requieren seria preparación mental.
Cuando nada demanda nuestra atención, el estado básico de la mente—que es desordenada por naturaleza—se revela. Sin nada que hacer, ella comienza a divagar, visitando pensamientos hasta que es atraída por un problema real o imaginario, rencores recientes o frustraciones viejas. Para salirnos de ahí porque no nos gusta, las personas buscamos distraernos con cualquier cosa, usualmente la televisión. En la pantalla, estamos protegidos del mundo interior que quisiéramos evitar. La tarea es aprender hábitos que nos permitan controlar mejor nuestros procesos mentales para que no anden sueltos por donde no deben. Para esto hay que hacer algunas cosas de las que les decimos a los niños que no hagan. La primera es soñar despierto, ya que ella crea orden emocional al compensar con imaginación las realidades desagradables. Además, les permite a los niños (y los adultos) ensayar situaciones imaginarias y sus posibles estrategias, opciones y consecuencias y estar mejor preparados cuando sucedan. La segunda es aprender “de botella”, pues esto implica poner un contenido automático en la mente que la hace más rica que una que no lo tiene. Es un error pensar que el aprendizaje de botella es malo para la creatividad. Una persona que recuerda historias, canciones, estadísticas de pelota, datos históricos y sabias citas es alguien que no depende del orden que ofrece el ambiente y puede entretenerse a sí misma y encontrar significado en el contenido de su mente. La pregunta es: ¿qué tan entretenida es tu mente?



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 19 Septiembre 2009

Locuras Heroicas

Hace unos días en Estados Unidos una adolescente de 14 años abordó un autobús escolar armada con una pistola y amenazó con disparar. Kaleb Eulls, un jugador de fútbol de 18 años, estaba dormido cuando una de sus hermanas menores lo despertó para decirle lo que ocurría. La joven apuntaba con su pistola de lado a lado hacia los niños en el autobús cuando Kaleb llamó su atención para que apuntara a él. Mientras le hablaba y trataba de calmarla, logró abrir la puerta de emergencia y sacar a algunos de los niños. Ella gritaba cada vez más alto y cuando por un momento se distrajo al mirar por la ventana, Kaleb le saltó encima, la tiró al suelo y le quitó la pistola. Al cuestionarle, Kaleb admitió haber tenido miedo por los niños y por sus hermanas en el autobús y reconoció que, luego de ver el video de lo ocurrido, describe lo que hizo como una locura. Otros le llamamos un acto heroico. ¿Qué hace que algunos, como Kaleb, tomen acción para salvar a otros, y otros, a veces, no tomemos acción ni para ayudarnos a nosotros mismos?
Según Julio Olalla, maestro coach, dos cosas: el miedo y la falta de auto-confianza, la cual es “un auto-juicio de incompetencia y un sentimiento de estar controlado por el miedo al fracaso”. Olalla explica que justamente la capacidad de actuar aún en presencia del miedo es coraje: el miedo es esencial para nuestra supervivencia, por lo que no se trata de eliminar nuestros miedos sino de actuar a pesar de sentirlos. Sin embargo, nos invita a ir más allá del coraje y descubrir la audacia, la cual significa “actuar en presencia del miedo, pero también algo más: implica iniciativa. Podemos tener coraje pero carecer de iniciativa, pero no podemos ser audaces sin iniciativa. Así, la esencia de la audacia es la capacidad de encontrarse con el riesgo”.
El miedo que muchas veces nos paraliza no sólo es normal, sino necesario. La tarea es atrevernos, descubrir nuestro valor, y actuar para que algo que queremos suceda. Quizás es necesario practicar un par de “locuras” antes de ser los héroes de nuestros propios sueños. La pregunta es: ¿Qué intentarías tú si fueras audaz?



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 12 Septiembre 2009

La vida no es frágil

Esta pasada semana mi esposo perdió a su hermano Miguel Ángel. Al recontar su historia nos pareció que había elegido vivir su vida sin crecer: fue niño hasta el final, aún cuando ya tenía un hijo, quien le dejó, para llevarse, uno de los carritos que tanto le gustaban. En su presencia, hicimos juicios de cómo vivía. En ocasiones llegaba tarde a la responsabilidad y pasaba mucho tiempo con sus amigos. En su partida lo vimos distinto; pensamos que no creció porque su vida sabía que se iría temprano, y que quizá fue lo mejor porque, a sus treinta y dos, vivió y disfrutó. Sin duda nos hace reflexionar de cómo vivimos la nuestra. Nos hace pensar en nuestras cargas de responsabilidad y en si deberíamos disfrutar más. Nos hace conscientes de que es posible vivir la vida sin experimentarla, y que si actuamos más como niños quizá podamos vivirla más plena. Algunos “vemos” la vida (la de los demás y la nuestra) sólo en esos momentos. Es entonces cuando escuché decir que la vida es frágil, y pensé lo mismo, hasta que descubrí esta otra mirada.
Ciertamente la vida puede cambiar abruptamente y terminar sin avisar, pero aprendo que hay una diferencia entre temporalidad y fragilidad. El instinto de vivir se manifiesta con el primer grito de un niño al nacer, y cada prueba de enfermedad, dolor o pérdida lo hace más fuerte. Aún cuando algunos no quieren, sobreviven. Quizá no podemos elegir vivir eternamente, pero sí podemos elegir experimentar la vida plenamente.
La manera en que enfrentamos las pérdidas define nuestra capacidad de estar presente en la vida más que cualquier otra cosa. La forma en que nos protegemos de las pérdidas puede ser la forma en que nos distanciamos de la vida. En nuestras naturales ataduras, nuestro miedo al cambio y nuestro deseo de certidumbre y permanencia, subvaloramos la temporalidad, la cual es parte de nuestra más fundamental identidad. Sin temporalidad, no hay evolución. La naturaleza de la vida es el cambio y toda esperanza se basa en algún proceso. La vida misma es un proceso y es todo menos frágil. En esos cortos momentos en que vemos la nuestra, el reto consiste en encontrar su fuerza y experimentarla intensamente.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 5 Septiembre 2009

sábado, 29 de agosto de 2009

Más Allá del Espejo

Vi Miss Universo. Admito que entretiene criticar los vestidos y reír con las entrevistas. La nuestra arrancó primero pero su bella sonrisa no la dejó contestar. Así que celebramos las “respuestas” de las cuatro siguientes: si todas están igual de “nerviosas” no hay desventaja. Se nos olvida que es un concurso de belleza, no de inteligencia. ¿Pero es que no escuchamos el cuento de Blanca Nieves todas esas veces? “Espejito, espejito, ¿quién es la más bella? Venezuela, ¡por supuesto!”. Nos creímos el cuento del pelo, las piernas, las caderas y todo lo de afuera…¿porque sigue siendo cierto? Los espejos de hoy son impresos y nos muestran a Angelina (Jolie, ¿qué más?), todos los niños cool o bellos y el príncipe Brad, por supuesto. ¿Y aún no comprenden por qué queremos ser bellas y reinar el universo?
Pues simple. Porque aprendimos a querernos a través del espejo y estuvimos tan ocupadas con Blanca Nieves que no tuvimos tiempo de leer a autoras como Rachel Remen. Ella escribe que la vida en nosotros es reducida más por los juicios que por las enfermedades; que es tan difícil encontrar alguien que nos ame tal como somos como encontrar a alguien que se ame a sí mismo entero. La aprobación que tanto buscamos es también un juicio, que aunque—por ser positivo—duele menos que la crítica, nos daña en formas más sutiles. Como todo juicio, la aprobación motiva un esfuerzo constante. Nos hace inseguros de quiénes somos y de nuestro valor real. Esto es cierto tanto de la aprobación que nos damos a nosotros mismos como de la que recibimos de los demás. La aprobación no es confiable porque nos la pueden quitar en un instante (como la corona de reina de belleza). Sin embargo, nos arreglamos y editamos para ser aprobados por aquellos a quienes amamos, porque no sabemos que aquello que ha sido arreglado es menos fuerte que lo que permanece entero, y porque no hemos comprendido que somos mucho más de lo que vemos en el espejo. Ser más raras veces implica agregarnos cosas, como títulos o coronas. Se trata más bien de liberarnos de las creencias acerca de quienes debemos ser para descubrir quienes genuinamente somos. Y querernos enteros.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 29 Agosto 2009

sábado, 22 de agosto de 2009

El Plan No Plan

Soy de esas personas que necesitan retos, planes para alcanzarlos y estructuras para ejecutarlos. Estructuro hasta los mismos planes: personales/profesionales; categorizo los pendientes: casa/calle; y asigno días específicos para tareas rutinarias. Esta necesidad de organización tiene muchas ventajas que pude comprobar durante mis años de formación académica y de labor corporativa. Nos permite ser muy eficientes, completar a tiempo las tareas y cumplir las metas. Sin embargo, la parte de mí que recientemente aprendió a vivir fuera de la academia y de la empresa puede dar testimonio de su desventaja. Con una vida tan planificada, y cada hora estructurada, no nos queda tiempo para disfrutar algunos inesperados momentos. Los imprevistos nos descuadran y quedamos enojados y disfuncionales ante lo no planificado, que usualmente resulta ser lo más memorable y lo que más disfrutamos. Pensamos que las fiestas de cumpleaños no avisadas no nos permiten comprar a tiempo el regalo y refunfuñamos.
Estas acciones corresponden a la manera en que las personas orientan su vida y hay dos tendencias opuestas. Los de la estructura, como yo, y los de la espontaneidad, como mi esposo (porque Dios sabe lo que hace). Los primeros creamos sistemas para mantener en orden nuestro alrededor, (como tener una lista del supermercado por pasillo). A los otros les gusta explorar lo desconocido y prefieren no planificar y mantener sus opciones abiertas.
Por convivencia he aprendido que la vida necesita algunas horas fuera de la agenda y que vale la pena permitirse una que otra sorpresa. Ahora sé que es posible hacer el BBQ aunque se haya ido el sol, comer sancocho con calor e ir, ahora, al Salto del Limón. Que si es lluvia, sólo moja (y ya estamos en la playa comoquiera), que si se pincha la goma se rellena, y si el avión nos deja dormimos otra noche fuera…y sumamos memorias a la agenda de la vida, que no trae diseño de Franklin Covey, no tiene portada, ni viene encuadernada.
Aún tengo metas, y también estructuro los pendientes, pero si me cambian los planes no descuadro sino más bien fluyo. Visto de otra manera, tengo un nuevo plan: de vez en vez y de cuando en cuando el plan es no tener plan. Y disfrutar.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 22 Agosto 2009

sábado, 15 de agosto de 2009

Trucos de la Imaginación

Recientemente estuve en Chicago. Había ido hace más de 20 años y no recordaba absolutamente nada de la ciudad excepto la famosa pintura post-impresionista de Seurat. Me extrañó sólo recordar lo más difuso que vi, pero lo atribuí a mi mala memoria, que hoy descubro que en efecto es mala, igual que la tuya.
Esto es lo que aprendí de D. Gilbert sobre los trucos de la imaginación y la felicidad. Las memorias de nuestras experiencias no son confiables, por lo que nuestro recuerdo de las cosas pasadas es imperfecto. Nuestro cerebro es un “hardware” con espacio limitado y como no podemos guardar todo lo vivido, comprimimos los archivos en una frase resumen, como: “fui infeliz en mi matrimonio”. Cuando le pedimos recordar, el cerebro re-escribe la historia con lo que guardó: las experiencias más malas y las más buenas y las escenas finales, pero no las experiencias más usuales, que, por corrientes, dejó fuera.
Cuando enfrentamos la toma de una decisión importante, nuestro cerebro imagina los diferentes escenarios futuros y trata de concluir cuál de éstos nos hará más felices. Pero enfrenta el mismo problema que cuando recuerda: no tiene todos los detalles. Así que completa los espacios en blanco con los recuerdos más malos, los más buenos y las escenas finales, pero no los más usuales, que son los más probables. A esto le agrega los sentimientos del presente. Así que recordamos cosas que no sucedieron e imaginamos futuros que no sucederán. Cuando de nuestras emociones se trata, es más difícil aún recuperar el registro de cómo nos sentimos con una experiencia pasada. Esto nos lleva erróneamente a pensar que lo que nos hizo felices en el pasado nos hará felices en el futuro.
Si la memoria no es una colección de fotografías, sino una colección de pinturas impresionistas, cada uno es el artista de su propia imaginación, con amplia libertad para representar su futuro. El problema es que desde la cercanía del presente no podemos interpretar correctamente la imagen. Sólo en la distancia del tiempo sabremos si nos gusta el cuadro total. En otras palabras, lo que piensas que te hará feliz mañana sólo es una interpretación actual, difusa e incompleta de la realidad.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 8 Agosto 2009

Como dice Glenys

Mi hermana Angie siempre se ha burlado de mi incansable lectura de libros de texto. Confieso que hace poco comprendí que me faltaba mucho por aprender de otras fuentes que no fueran los libros. Así que entre texto y texto (lo confieso) ahora también aprendo de la gente. De los libros he aprendido mucho sobre psicología positiva; de mi amiga Glenys, una persona real muy especial, aprendo cada día a hablar en positivo y actuar en consecuencia. Algo así como psicología positiva aplatanada.
Cada mañana su saludo es “Alevántense”. Es un llamado a iniciar con energía y a movernos rápidamente a la primera acción del día. Si un día se siente enferma y decide compartirlo ofrece breves detalles de los síntomas y cierra el tema con “estamos dando los pasos”. Para mejorarse, quiere decir. Si ha de enfrentar un reto en el trabajo que implica una prueba a sus capacidades o el juicio de algún superior, antes de las ocho escucho: “me declaro vencedora”. Y si durante su enfrentamiento la cosa arrecia, me envía un mensaje de texto, me actualiza y luego ella misma finaliza: “!Valor!”
Cuando se trata de otros es comprensiva pero también exigente. Si no comprende la primera vez (o se hace) te dirá: “Please elaborate”, o “Pero…¿cómo así? Cuando sí comprende, pero el cuento triste de una víctima y su continuo pesimismo la agobian, entonces recurre a los dichos de su abuela, como: “el que no puede estar vivo que se mate”, es decir, ya tienes tu vida; asumirla requiere menos esfuerzo que lamentarla.
Obviamente es juiciosa, porque es una persona real. Así que de vez en cuando opina sobre alguna falta de acción o pobre aporte a la solución de uno que otro hijo de Dios. Sólo que cierra con: “Bendícelo, Señor”. Si se trata de una buena acción, escucharemos: “Amén”.
Tengo la dicha de escucharla con frecuencia y he podido incorporar su filosofía a mi vida. A través de su amistad he aprendido a levantarme con energía, a dar los pasos para mejorar, y –con valor—declararme vencedora antes de iniciar la tarea de cada día. A Glenys le agradezco sus lecciones de vida positiva, y a Dios genuinamente le pido: “Bendícela Señor”.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 15 Agosto 2009

sábado, 1 de agosto de 2009

Un Elevado Enojo

Tuve la desdicha de experimentar un tapón en la Luperón provocado por sus legendarios charcos y nuevos desvíos establecidos para que podamos convertirnos en un país más elevado. No me niego a las obras de progreso, pero esto es lo que observo: conductores desesperados, carros quedados en el charco, ambulancias que no pueden transitar, siete filas intentando convertirse en dos y un hombre cayéndole a machetazos al carro de otro. Y todos conducimos alegremente hacia el progreso a través de unos malditos semáforos frizados en amarillo que pestañan con el plan de confundirnos. Ah, ¡verdad!, es que no podemos producir la luz, pero sí podemos pagar la nómina de las siete instituciones que des-regulan los semáforos porque no se ponen de acuerdo. Mi trayecto de 45 minutos me tomó dos horas y me regaló una visita el sentimiento del enojo. Como de elevación no creo que saque ninguna lección de esta bella demostración, decido aprender del enojo.
Nos enojamos en varios grados de intensidad, pero siempre la causa es una frustración. Ok, ¡estoy frustrada con el tránsito en este país!
La función esencial del enojo es darme más energía para enfrentar el obstáculo que produce mi frustración. Ok, a falta de machete…!tengo energía!
Hay dos tipos de enojo: el que destruye y el que resuelve. Ya veo…el machete no resuelve, ese es el enojo malo. El bueno es el que construye. Ya…con la energía. La dirijo hacia el obstáculo que me frustra. A-ja. Este enojo bueno hasta tiene dos pilares: expresar lo que siento ante lo que sucedió y demandar la respuesta que me “desenojará”. Pues aquí voy: estoy jarta de los tapones, los apagones, los charcos y las instituciones inservibles; ¡demando una respuesta que me desenoje! Perdón, pero es que aprendí que si se me acumula entonces el enojo es explosivo.
Entonces, si el enojo es una forma de energía—un contenedor a través del cual la energía de una persona fluye en un momento dado—cuando lo suelto me queda la energía misma, que es la fuerza de la vida. (En chino enojo significa “incrementar la fuerza de la vida”). A ver si entiendo el plan nacional: ¿lo que no nos eleva nos hace más fuertes?




Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 25 Julio 2009

Ilusión de Control

El autor Daniel Gilbert plantea que nuestros cerebros son los únicos capaces de imaginar el futuro. Pensamos en el futuro aproximadamente tres horas del día. Primero porque pensamos que anticipar los eventos puede minimizar su impacto; segundo, porque el miedo, la preocupación y la ansiedad tienen un rol en nuestras vidas: nuestro cerebro imagina futuros oscuros para cogerle miedo y que nuestro cuerpo no los persiga.
Lo cierto es que deseamos hacer predicciones para poder controlar. Controlarlo todo nos permite ser altos directivos de nuestro presente y grandes ejecutivos de nuestro futuro. Pero, ¿por qué no dejar que el futuro se revele y experimentarlo como tal?, ¿por qué no estar aquí ahora y allá después? Primero porque nos gusta ejercitar el control: administrar agendas, mandar personas y hacer que las cosas sucedan. Las investigaciones revelan que las personas venimos y salimos del mundo con la misma pasión para controlar, y cuando perdemos esta posibilidad somos infelices. Ganar control tiene un impacto positivo en nuestra salud mental y perderlo después de tenerlo puede ser peor que nunca haberlo tenido. Nuestro deseo de control es tan poderoso y el sentimiento de estar en control tan gratificante que algunas personas actúan como que pueden controlar lo incontrolable…como si ganar la lotería fuera más probable si nosotros escogemos los números. Sin embargo, ilusión o realidad, deseamos controlar el destino de nuestro barco porque algunos futuros son mejores que otros y aún desde la distancia del presente creemos que podemos distinguirlos. Pero lo cierto es que muchas de nuestras horas en el timón son en vano—no porque el bote no responde y no porque seamos incapaces de encontrar nuestro destino—sino porque resulta que el futuro es fundamentalmente diferente de como aparece en el futuroscopio.
El futuro no tiene control remoto y esta ilusión que nos hace felices es en realidad un sentimiento de temor. Visto así, quizá la libertad sea una posición más sólida que el control. Es ciertamente más fuerte y más sabia que el miedo. La paradoja es que mientras menos apegados estamos a la vida, más vivos sentimos estar. Mientras menos control del futuro deseamos tener, más profundamente podemos experimentar y participar en la vida, ahora.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 1 Agosto 2009

sábado, 18 de julio de 2009

Liviandad

Algunos tenemos la tarea pendiente de aprender sobre la liviandad. A ella me la presentaron hace unos años, pero confieso que no me la encuentro con la frecuencia que quisiera. Esto sucede cuando hacemos que todo sea supremamente significativo. Es sostener cada pequeña parte de nuestro pasado y nuestra historia con una gran cantidad de drama, pesadumbre y significado. Es la creencia de que a nadie le ha sucedido lo que me ha pasado a mí, y la vivencia de esa historia con gran histrionismo. La forma en que sostenemos nuestras experiencias, mediante el cuento trágico que siempre nos contamos, tiene mucho que ver con nuestra incapacidad de crear el espacio emocional que le dé cabida a algo nuevo. Los seres humanos tenemos la capacidad de intervenir en nuestros estados de ánimo; en este caso, para mudarnos desde la seriedad a la liviandad. Con este conocimiento me he planteado entonces: Y ella, ¿dónde vive? Descubro que está en mis conversaciones, en las palabras que elijo para interpretar lo que me ha sucedido y en los juicios que tengo de mí misma como protagonista de mis historias. Cuando mi historia es triste o trágica, soy una protagonista pesada por tener unas libras de drama de más. (Dicen que “quien canta sus penas espanta”). Cuando recuento los eventos cual Cuquín, soy una figura simpática y ligera. Descubro también que la liviandad está en el cuerpo, de manera innata, a través del sentido del humor, el cual provoca placer, cohesión y salud mental y física. Aprendo que el origen de la palabra diversión es el latín divertere, que significa desvío. Visto así, parecería que es necesario salirnos de nuestro rol en el drama de la vida y ensayar una que otra comedia en la esquina divertida. ¿A-ja? Eso pensé. Porque….¿graciosa? ¡Qué va! Pero dijo Lucille Ball que ella no era graciosa, sino valiente. Así que, es sólo cuestión de atreverse. Sabias palabras de un gran coach: “La vida es demasiado hermosa para perderla en un drama”. De otras prestadas concluyo: cuidado con vivirnos la vida en un gran escenario dramático; luego puede ser que no tengamos “a quien reclamarle el dinero de la entrada si no nos gusta el espectáculo”.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 18 Julio 2009

¿Bailas?

El coaching ontológico, que es un acompañamiento a las personas en su forma de ser, propone que los seres humanos actuamos desde una coherencia esencial que surge de la integración de nuestro lenguaje, nuestras emociones y nuestro cuerpo. En el lenguaje vivimos. Más que describir con palabras, las personas generamos acciones a través de nuestras diferentes forma de comunicarnos. Estas incluyen nuestro pensamiento, en el que suceden las conversaciones más importantes: las que tenemos con nosotros mismos. Por otro lado, las emociones definen más nuestras decisiones que nuestros pensamientos racionales. El amor y el miedo, sobre todo, mueven el mundo. Desde el cuerpo operamos. Es algo así como el “hardware” que aloja nuestras capacidades. La primera en importancia para el coaching ontológico es nuestra capacidad de observar. Se plantea que lo que decidimos observar y lo que elegimos ignorar es único en cada uno de nosotros. Así sea porque somos más chiquitos, más leídos, o menos queridos, nuestra mirada es determinante en nuestras acciones y resultados posteriores. Tenemos la capacidad de elegir ver las posibilidades de fracaso o las potencialidades de éxito…y así mismo obtenerlo. Nuestra emocionalidad, por su parte, es un termómetro de lo importante y de lo que valoramos, por eso también es necesario ejercitar—para poder observar—diferentes sentimientos. El cuerpo es el espacio en el que alojamos todo lo anterior, y a nosotros mismos. Cuando lo olvidamos o maltratamos, perdemos salud, y por tanto, balance. Con él nos movemos constantemente hacia y desde la acción. Hacia el logro, la celebración y la quietud. Es el cuerpo el que nos sirve para mantener el equilibrio dinámico que nos permite fluir. La mejor práctica para acostumbrar al cuerpo a vivir en las mismas dimensiones que nuestro lenguaje y nuestras emociones es el baile. Estas líneas de la película “Perfume de Mujer” ayudan a “verlo” mejor. Al Pacino (Frank) es ciego y se dirige a una joven en un restaurante. Dicen: “¿Baila el tango? No. Quise aprender pero (mi novio) piensa que el tango es cómico. ¿Quiere aprender el tango? Creo que tendría miedo de equivocarme. No hay errores en el tango…si uno se equivoca o se enreda, sigue bailando. ¿Por qué no prueba? Trataré.” Y tú, ¿bailas?


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 11 Julio 2009

domingo, 5 de julio de 2009

La Galleta

Hace unos años no tenía tiempo para leer historias. Sólo muchos libros de texto. Por eso ahora comprendo ésta que, por simple y poderosa, tomo prestada para compartir.
Otro de mis pacientes, un exitoso hombre de negocios, me cuenta que antes de su cáncer se deprimía si las cosas no salían de determinada manera. Felicidad era “tener la galleta.” Si tenías la galleta, las cosas estaban bien. Si no tenías la galleta, la vida no valía la pena. Desafortunadamente la galleta cambiaba continuamente. A veces era dinero, a veces era poder, a veces era sexo. En otras ocasiones era el carro nuevo, el contrato más grande o la dirección más prestigiosa. Un año y medio después de su diagnóstico de cáncer de próstata él se sienta y dice con pesar: “Es como si hubiese dejado de aprender cómo vivir después que dejé de ser niño. Cuando le doy una galleta a mi hijo, él es feliz. Si se la quito o se rompe, él es infeliz. Pero él tiene dos años y medio y yo tengo 43. Me ha tomado todo este tiempo comprender que la galleta no me hará feliz por mucho tiempo. Desde que tienes la galleta, empieza a hacerse pedazos o tú empiezas a pensar que se va a desboronar o que alguien te la va a quitar. Tienes que abandonar muchas cosas para cuidar la galleta, para que no se haga pedazos y para que nadie te la quite. Quizás ni siquiera tengas el chance de comerla porque estás muy ocupado tratando de no perderla. La vida no se trata de tener la galleta”.
Mi paciente ríe y dice que el cáncer lo ha cambiado. Por primera vez es feliz, sin importar si el negocio va bien o pierde en el golf. “Dos años atrás el cáncer me preguntó: ¿Qué es importante? Pues la vida es importante. La vida, en la forma en que puedas tenerla. La vida con la galleta o sin la galleta. La felicidad no tiene que ver con la galleta. Tiene que ver con estar vivo. Antes de ésto, ¡no tenía tiempo!” El pausa pensativamente. “Maldita sea, supongo que la vida es la galleta”. Como decía mi papá: ¡Buen Provecho!


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 4 Julio 2009

sábado, 27 de junio de 2009

¿Por qué no un 1?

Las personas y las empresas evalúan continuamente qué les falta hacer para alcanzar una meta. Así han surgido varios métodos de análisis de problemas. El Ishikawa, que busca profundizar las causas raíces de los problemas para identificar aquellas pocas que ocasionan la mayor parte del problema. El pensamiento sistémico examina el sistema y mapea cómo las interacciones de los componentes producen los resultados observados. El método de sistemas emergentes plantea que las interacciones en un sistema son tan complejas que es imposible predecir el resultado, por lo que el futuro del sistema “emerge” de las interacciones, tal como sucede con las personas en las organizaciones. El problema con estos sistemas para solucionar un problema y alcanzar las metas deseadas es la complejidad que representan para su uso práctico. Aprendí recientemente sobre el Enfoque en las Soluciones, una forma de sintetizar y construir sobre los anteriores métodos desarrollando formas de trabajar que buscan identificar y amplificar las interacciones efectivas dentro de determinados contextos. El Enfoque en las Soluciones es un poderoso y práctico método para el cambio positivo en las personas, los equipos y las organizaciones. Plantea que buscar incesantemente los problemas nos hace expertos en el problema. Sin embargo, si buscamos lo que ha estado sucediendo que sí funciona y observamos el impacto positivo que genera, podemos elegir hacer más de eso. Admito que parece tan obvio o simple que no me sorprendería un “daaaah”, sin embargo me bastó un ejemplo real para aceptarlo. Una pareja se plantea la pregunta: ¿Cómo valorarías lo satisfecha que estás con nuestra relación en estos momentos? La mujer contestó: Más o menos un 6. El hombre dijo: ¡Vaya, sacamos un 6! Y luego añadió, ¿y qué es lo que hacemos para merecer un 6 y no un 1? La mujer encontró una lista de razones por las cuales la relación sí funcionaba. Se propusieron hacer más de esas cosas y la relación mejoró. Estamos a veces tan enfocados en encontrar lo que no funciona que alcanzamos un doctorado y disertamos sobre los problemas constantemente. Al final del día, estamos cansados y no encontramos luz para una nueva mirada. Para variar, te invito a intentarlo: Tu vida del 1 al 10, ¿por qué no es un 1?

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 27 Junio 2009

jueves, 25 de junio de 2009

Cambiar o no cambiar

Uno de los dilemas planteados en coaching es el de la necesidad e incapacidad de cambiarnos a nosotros mismos. El planteamiento es, de entrada, un dilema en sí mismo. Con relación al cambio escuchamos, por un lado, que es lo único constante y, por tanto, si no cambiamos no crecemos. Por otro lado, escuchamos que como vinimos de fábrica estamos bien. Y así, gorditos, impacientes, inseguros e imperfectos debemos aceptarnos y querernos. Pero eso no es tan sencillo y lo cierto es que muchos nos hemos propuesto alguna vez cambiar algo de quienes somos, y muchos hemos fracasado en ese intento una y otra vez. Propongo abordar esto por partes, como Jack. Como obra del Creador vinimos enteros y, como seres humanos completos de nacimiento, somos un regalo de vida. Pero aprendemos luego que el regalo que somos no es suficiente para algún otro y, por tanto, para nosotros mismos. Sin embargo, lo cierto es que nuestra integridad no implica que somos de una forma definida y terminada. Como lo veo, lo que sí implica es coherencia, es decir, en esencia somos de una manera. Tal como lo planteó el reconocido psicólogo Jung, nuestras tendencias básicas permanecen siendo las mismas, sin embargo, lo que hacemos, y cómo lo hacemos podemos modificarlo. O actuamos como nos sale, “porque Dios nos hizo así”, o aprendemos diferentes formas de actuar que nos resulten más útiles para lo que queremos lograr. Esta es la perspectiva del cambio propuesta por el autor futurista Naisbitt. Plantea que si bien es cierto que la humanidad ha evolucionado, en esencia los seres humanos seguimos haciendo lo mismo: estudiamos, trabajamos, nos casamos, tenemos hijos. En el plano del cambio personal quizá resulte abrumador y desalentador proponernos la gran tarea de cambiarnos. Si, por el contrario, aplicamos el método Jack y lo miramos por partes nos podemos plantear simplemente aprender a hacer nuevas cosas o viejas de forma diferente y ser mejores en un dominio de la vida a la vez y con un propósito particular y propio para cada acción. Hablar menos para comprender mejor la amistad, tolerar más para ser mejor mamá, hacer ejercicio para fluir más, escuchar para liderar mejor…desde nuestra misma coherencia esencial, la que trajimos buena.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 20 Junio 2009

sábado, 13 de junio de 2009

Tomar una decisión

Parecería que tomar decisiones es una tarea fácil ya que en nuestra vida real practicamos casi a diario, sin embargo, para muchos, líderes y no líderes, tomar una decisión es un reto. Esto es lo que aprendí del conocido autor Jim Collins y lo que revelan sus investigaciones de más de catorce años.
1. Las grandes decisiones vienen de decir “Yo no sé”. Es más sabio reconocer ignorancia, ya que sólo así es posible descubrir posibilidades.
2. Mientras más grande es el alcance de la pregunta, mejor. Es fácil detectar las respuestas incorrectas. Se requiere una mente creativa para detectar las preguntas incorrectas. Cambia continuamente tus preguntas.
3. La decisión no es un consenso. El debate puede ser intenso, pero al final la decisión es tuya. Ninguna de las grandes decisiones estudiadas fue tomada en un momento de acuerdo unánime.
4. Las grandes decisiones vienen de la consciencia externa. La decisión es tuya pero sucede afuera de ti y tiene impacto en el ambiente o en los demás.
5. Aún las grandes decisiones solo determinan una fracción del resultado. Las grandes decisiones no valen 60 de 100 puntos en el resultado, sino más bien 6 de 100, o incluso 0.6 de 100.
6. Piensa en el largo plazo. Los grandes líderes dirigen para el próximo cuarto de siglo, no para el próximo cuarto de año.
7. Puedes cometer errores—incluso grandes—y aún así tener éxito.
De mi vida real aprendí también que no es tan fácil como luce en la página, porque las cosas y la gente real son un poco más complejas. Es por esto que a veces simplemente hay que actuar y luego preguntar. Mi antiguo jefe don Augusto decía: “dispara, y luego apunta”. Primero, porque no hay un libro de respuestas correctas, segundo, porque el tiempo es ahora, y tercero, porque la vida se gana con números, y cada pérdida te acerca más a la ganancia.
De mi racional mamá aprendí también que, a veces, no tomar una decisión es una decisión. Visto esto desde mi mirada como coach, a veces, nuestras decisiones no determinan toda nuestra vida, porque ella tiene una inexplicable forma de cuidarse a sí misma.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 13 Junio 2009

sábado, 6 de junio de 2009

Creer para Ver

Esta semana me sometí a una cirugía de los ojos para ver sin tener que usar los espejuelos que me acompañan desde que tenía seis años. Quien no ha usado lentes pensaría, vanidad. Quien sabe lo que implica necesitarlos, diría: ¡libertad! Dos personas, dos paradigmas distintos. Los paradigmas los creamos en la primera etapa de la vida cuando incorporamos ideas, creencias y pensamientos de nuestros padres y maestros y los hacemos propios. Muchas veces no llegamos a validar si estos paradigmas realmente nos pertenecen. Simplemente los llevamos instalados sin saber cómo, cual barra de Google. Con el tiempo, estos paradigmas prestados se convierten en nuestro buscador propio, y filtran todo aquello que observamos (cual buscador de Google) para permitirnos ver sólo aquello que “machea” nuestra creencia inicial. Las diferencias entre creencias explican por qué dos personas pueden observar el mismo acontecimiento y describirlo de maneras distintas, es decir, prestar atención a diferentes detalles. En sabias palabras prestadas: “Nosotros no vemos las cosas como son. Las vemos como somos”.
Desde la mirada de coaching, lo que creemos sobre los demás, y sobre nosotros mismos, es lo que vemos, y aunque no es necesariamente la verdad, es muy poderoso. Nuestras creencias determinan la forma en que nos celebramos o nos sufrimos a nosotros mismos y nuestra vida. Cuando nos ponemos la creencia en frente de nuestros ojos y miramos a través de ella es difícil convencernos a nosotros mismos de que lo que vemos no es real. Pero resulta que nuestras creencias son usualmente incorrectas ó incompletas, porque sólo son la forma en que nosotros vemos las cosas, nuestro punto de vista o de referencia. Son las imágenes, supuestos e historias que llevamos en la mente acerca como deben actuar los demás, lo que debemos hacer y quienes debemos ser. Cuando son incorrectas, crean limitaciones. Como un par de espejuelos que ya no nos sirve para ver bien, la costumbre hace invisibles a las creencias y entonces vemos a través de ellas pero no a ellas…hasta que decidimos observarlas.
A veces es necesario dudar nuestras creencias o asumir nuevas que nos sirvan mejor en nuestra vida real. Es tan fácil y liberador como cambiar o dejar de usar los espejuelos.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 6 Junio 2009

sábado, 30 de mayo de 2009

Ser Mujer

Cuando tienes un hijo preadolescente, cada semana te trae una, o más bien varias quejas sobre las injusticias de la vida. La de esta semana me pareció casi existencial. A los doce años, mi hija entiende que el hombre tiene más poder que la mujer para hacer lo que quiere y que esto es, por supuesto, injusto. Recuerdo haber tenido ese conflicto en algún momento, o más bien varios. Crecí escuchando un discurso de igualdad. Luego, crecí…y aprendí. Ya sea porque Eva se portó mal o porque el Creador entendió necesario balancear el universo, ciertamente no somos iguales. Lo que hoy sé es no me sirve de mucho comprender por qué, sino aceptar para qué.
El pre-requisito de ese aprendizaje es saber que ser mujer no es justo o injusto, malo o bueno, sino que sólo es. Es decir, es un hecho que no puedo cambiar. Como tal, sólo me permite dos reacciones: lo acepto o no lo acepto. Si no acepto un hecho que no puedo cambiar, sentiré resentimiento, y no hago nada con eso. Si acepto un hecho que no puedo cambiar, sentiré paz, y podría ser feliz con eso. Por otro lado, cuando las circunstancias no son un hecho, sino una posibilidad, tengo también dos opciones. Si no acepto algo que es posible, viviré en la resignación. Si acepto algo que es posible, tendré ambición, y mucho qué hacer con eso.
A mi Isabella le digo lo siguiente. Ser mujer no es una elección, pero tampoco tiene que ser una limitación. Te aseguro que enfrentarás obstáculos por ser mujer, y sabrás que existe desigualdad en derechos. Pero sí es tu elección crear de ese hecho las oportunidades. Podrás sanar como doctora, como has predicho, podrás amar como esposa y acompañar como amiga y, si lo deseas, podrás defender otras mujeres como mujer. Podrás liderar la creación de un mundo más justo en el que las mujeres no sean víctimas de abusos, violaciones ni lapidaciones y no sean tiradas a la basura por haber nacido mujer.
Podrás, quizá, descubrir que si tuvieras la oportunidad de decidirlo, serías mujer. Porque sólo así podrías ser mamá y descubrir un perfecto para qué. Como el que yo encontré en ti.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 30 Mayo 2009

sábado, 23 de mayo de 2009

¿A qué hora vives?

Este mes de mayo a mi hija le parece eterno. Está desesperada porque termine el colegio. Le digo que siente que sucede tan despacio porque desea mucho que llegue a su fin (¡vacaciones!). Su percepción tiene fundamento. A medida que los niños maduran desarrollan un sentido de futuro, una habilidad que es la base de la planificación y la perseverancia y está relacionada con la capacidad de comprender consecuencias futuras. Este sentido del tiempo juega un papel sutil pero muy poderoso en nuestro funcionamiento diario.
Descubro lo que ha estudiado la psicología del tiempo. Se ha concluido, por ejemplo, que nuestra capacidad de esperar es cultural. Los estudios revelan que la unidad de tiempo para los norteamericanos es de cinco minutos y que ellos están dispuestos a esperar hasta tres unidades, es decir, 15 minutos. En otras culturas, la unidad es 15 minutos y la capacidad de espera es también de 3 unidades, o sea, 45 minutos. En la nuestra tenemos dos unidades: la hora dominicana y la hora americana.
Zimbardo, psicólogo de Stanford, le llama a esto “perspectiva de tiempo”: la cantidad de tiempo que una persona pasa viviendo en el pasado, presente o en el futuro. Plantea que esta orientación puede ser psicológicamente sana o insana.
La orientación al pasado es sana cuando las memorias nos dan alegría, pero insana cuando nos hace vivir en la nostalgia y no nos permite cambiar y crecer. La orientación al presente tiene dos extremos: los presente-hedonistas, que buscan placer ahora, tienden más hacia la droga y el alcohol. Los presente-fatalistas se dejan llevar por la corriente de la vida, se sienten sin control y se deprimen. Los orientados al futuro hacen planes, análisis de costo-beneficio y retrasan el disfrute. Suelen tener éxito. Sin embargo, demasiada orientación al futuro los desconecta emocionalmente y no les permite disfrutar el momento presente. La receta obvia (pero muy fácil de olvidar) consiste en recordar los momentos felices del pasado, apreciar el presente y planificar para el futuro.
Los dominicanos hemos solucionado este dilema a la perfección. Me pregunto si con un reloj dominicano en una mano y un americano en la otra seremos capaces de vivir sanos y felices en el “in between”.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 23 Mayo 2009

sábado, 16 de mayo de 2009

40% de Felicidad

La psicología positiva propone esta fórmula para la felicidad: F=R+C+V. F es el nivel de felicidad duradera, R es el rango definido, C son las circunstancias y V representa los factores que se encuentran bajo nuestro control. La más importante para estos nuevos psicólogos es la V.
Primero es necesario entender la diferencia entre el nivel de felicidad duradera y la felicidad momentánea. Esta última puede ser incrementada fácilmente por un pedazo de chocolate, una comedia o un nuevo vestido. Sin embargo, estas cosas, aunque apreciables, no aumentan nuestro nivel de felicidad duradera. ¿Qué o quién puede incrementar nuestro nivel general de felicidad (F)?
Numerosos estudios coinciden en un mismo punto: alrededor del 50% de las características de personalidad son atribuibles a la herencia genética. Sin embargo, no todo lo que heredamos es inalterable. Resulta que dentro de lo heredado encontramos nuestra tendencia natural hacia la felicidad. Cada uno posee un rango personal para la felicidad (R), fijo y heredado, al cual invariablemente volvemos una y otra vez. La mala noticia es que, como un termostato, este rango predefinido arrastrará nuestra felicidad hacia su nivel usual justo cuanto tenemos buena fortuna. Estudios de personas que han ganado la lotería confirman que luego de un tiempo, son igualmente felices, o infelices que antes de haber ganado. La buena noticia es que este termostato hará lo mismo justo después de una desgracia en un tiempo razonable (excepto en casos como la muerte de un hijo o conyugue). Veamos C. Algunas circunstancias externas nos hacen más felices, sin embargo cambiarlas es usualmente impráctico o muy caro. Este es el caso de la situación económica, el matrimonio, la salud y la educación. Aún si pudieras alterarlos, estos factores solo explicarán alrededor del 10% de la varianza en felicidad. Así que, solo nos queda V, o las variables voluntarias que sí podemos controlar. Se ha demostrado que podemos alterar tres variables vitales para ser más felices: nuestras metas, nuestras relaciones sociales y nuestras actitudes. Escoger propósitos positivos y alcanzables, conectar con personas valiosas y desarrollar el pensamiento positivo puede maximizar tu capacidad de vivir la vida que quieres. Visto así, puedes ser dueño del 40% de tu felicidad. La pregunta es: ¿Estás dispuesto a invertir?


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 16 Mayo 2009

sábado, 9 de mayo de 2009

Un Tiburón en el Tanque

De los japoneses hemos aprendido una que otra lección de liderazgo orientado a la ejecución. Este relato es un ejemplo. A los japoneses le gusta el pescado fresco, pero sus aguas no han tenido muchos peces por décadas. Para solucionar este problema los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes para ir mar adentro. Mientras más lejos iban, más tiempo les tomaba regresar a entregar el pescado. Si duraban varios días, el pescado ya no estaba fresco. Como a los japoneses no les gusta el pescado cuando no está fresco, las compañías instalaron congeladores en los barcos pesqueros. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco, y no les gustó el congelado y se tenía que vender más barato. Entonces las compañías instalaron tanques para los peces en los barcos. Podían así atrapar a los peces y mantenerlos vivos en el tanque hasta llegar a la costa. Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque. Aunque vivos, estaban aburridos y cansados. Cuando los peces dejan de moverse por días, pierden frescura y los japoneses también notaron la diferencia en el sabor. Así que para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras aún mantienen los peces dentro de los tanques, ¡pero ahora también ponen un pequeño tiburón! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan bastante frescos porque tienen que nadar durante todo el trayecto, dentro del tanque, para mantenerse vivos.
Los seres humanos sentimos a veces que la rutina de nuestra vida es un círculo en el que giramos sólo para estar cansados. Nos agotan las vueltas y nos aburre el estanque.
Los autores de “Liderazgo Sin Límites” proponen que este es uno de los desafíos más importantes de un líder. Plantean que todos aprendemos (y a veces nos transformamos) al afrontar los cambios que desafían nuestra experiencia y suposiciones. El reto del líder consiste justamente en crear el desafío y utilizar constructivamente la energía del cambio. A esto le llaman orquestar el conflicto. En otras palabras, echar un tiburón en el tanque. Visto de esta manera, para mantenerte fresco es necesario echar un tiburón en tu estanque. ¿Te atreves?



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 2 Mayo 2009

sábado, 2 de mayo de 2009

Una ventana de distancia

A diario juzgamos las historias y las acciones de los demás. Se nos hace relativamente fácil observar la conducta apropiada o desacertada de una persona que enfrenta una gran dificultad. Rápidamente somos capaces de señalar la causa de su problema y lo que debería y no debería hacer para solucionarlo. Diría que no solo es fácil "ver la paja en el ojo ajeno", sino también que es fácil opinar acerca de cómo sacarla. Por supuesto. El ojo no es nuestro y hay una sabia ventana de distancia. Simplemente somos humanos y es lo que hacemos: utilizamos nuestras creencias y emitimos sentencias sobre lo correcto e incorrecto...del otro. Sin embargo, cuando la dificultad está en nuestro ojo, nos nubla y no nos permite apreciar las posibles soluciones.
Algunos tenemos la valentía de buscar en el espejo y en él encontrar luz, energía y voluntad para descubrir nuestras propias capacidades de supervivencia: optimismo, perseverancia, fe, disciplina, enfoque o esfuerzo. Las usamos y salimos adelante y pasamos la página con la lección aprendida. Sin embargo, me doy cuenta ahora que también hay algunas personas que aun teniendo la voluntad, carecen de la capacidad de observar. Son ciegas al espejo y no saben mirar hacia dentro de ellas mismas para encontrar su propia caja de herramientas. Cuando conocemos a alguien así podemos actuar el rol de coach y ofrecer la mirada desde la ventana. Si somos buenos coaches le enseñaremos que, a veces, es necesario alejarse y, desde la ventana, obtener una perspectiva más amplia, para luego, acercarse, y comprender mejor. Es posible que nuestro querido coachee descubra poderes casi mágicos dentro y alrededor de sí mismo que le permitan cambiar, encontrar una solución, o salir adelante.
O quizá nos toca descubrir que nuestro coachee no carece de voluntad, ni reprobó porque no estudió en la clase de Espejo 101, sino que nunca aprendió a mirarse a sí mismo porque es parcialmente ciego y simplemente no puede hacerlo.
A todos, la vida nos trae algo incapaces. A algunos, nos hace algo inválidos. Para eso estamos los demás. Para los que no pueden solos con el espejo, quizá nuestro rol sólo sea acompañar en la ventana y, en silencio, mostrar la luz.

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 2 Mayo 2009

sábado, 25 de abril de 2009

Equilibrio Dinámico

¿Por qué se hace tan difícil aceptar el cambio? La natural prevención del cambio en las personas ha sido descrita como resistencia, negación, miedo o autoprotección. La realidad en las organizaciones y en nuestras vidas es que, a pesar de los mejores esfuerzos y las más sinceras intenciones, el cambio significativo raras veces ocurre.
Si ponemos atención a nuestra poderosa inclinación de no cambiar descubriremos dentro de nosotros mismos la fuerza de un sistema inmunológico escondido, un proceso dinámico a través del cual fabricamos de manera continua los anticuerpos del cambio. Si logramos penetrar este sistema, encontraremos energías que nos permitirán nuevas formas de ver y de ser. Este proceso es parte de nuestro crecimiento personal, del cual somos responsables en nuestra vida adulta.
Tres fuerzas operan en nuestro mundo cambiante. La primera, llamada entropía, es el proceso a través del cual sistemas dinámicos (personas, organizaciones y máquinas) gradualmente dejan de funcionar. El segundo, que ocurre al mismo tiempo, se llama negentropía y se refiere a que esos mismos sistemas pueden ser más complejos y ordenados. La capacidad de destrucción y desorden es una característica distintiva de los seres humanos, pero también lo es su capacidad de creación y evolución. Sin embargo, es una tercera fuerza la que opera mayormente en nuestras vidas: el proceso de equilibrio dinámico, el cual, como un sistema inmunológico, poderosa y misteriosamente mantiene las cosas como son. El equilibrio dinámico es un sistema de fuerzas en contraposición que mantiene el balance y produce nuestra inmunidad al cambio. El poder de este equilibrio es el mayor obstáculo a nuestras posibilidades de cambiar y de crecer.
Si intentas penetrar este sistema de equilibrio dinámico, descubrirás que lo operas tú mismo, a través de tus observaciones, tus interpretaciones y tus creencias. En los momentos de cambio usualmente observamos los obstáculos. En el fondo, el cambio se hace difícil porque tenemos miedo de lo que perdemos. Por mi parte, intento aprender que, si al final de la vida solo nos quedan nuestras memorias, entonces para realmente poseer algo, debemos perderlo. Visto así, los desequilibrios del cambio pudieran ser algo así como un desbalance positivo en la cuenta de la vida. La pregunta es: ¿estás dispuesto a perder…para ganar?

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 25 Abril 2009

sábado, 18 de abril de 2009

Aprecio Continuo

¿Quién es la persona que más admiras? Nunca he podido contestar. Admirar es “tener en singular estimación a alguien o algo, juzgándolo sobresaliente y extraordinario”. Palabras mayores. Pensaba que ese traje sólo le servía a personas perfectas o eternas, como Gandhi y la Madre Teresa.
Descubro la admiración como instrumento de comunicación organizacional en el libro How the way we talk can change the way we work. Sus autores nos ofrecen siete lenguajes transformacionales: los internos, orientados al logro personal, y los sociales, orientados a la coordinación de acciones con los demás. Le llaman lenguaje del aprecio continuo a la expresión regular de experimentar genuinamente el valor del comportamiento de un colega. Lo sugieren como una herramienta más efectiva que el lenguaje de los premios y reconocimientos calendarizados. El aprecio continuo tiene dos vertientes. Cuando expresamos aprecio, le dejamos saber a la otra persona que hemos recibido algo de valor. Sentimos que hemos recibido algo (no necesariamente material) que nos hace felices o nos da un beneficio. Cuando expresamos admiración, no se trata tanto del valor recibido, sino de habitar temporalmente en la esfera de otra persona y encontrarnos a nosotros mismos inspirados, y de alguna forma, mejorados por la acción o decisión del otro. Para ser efectivo, el aprecio continuo debe ser dicho a la persona directamente y especificar exactamente qué hizo para generar nuestro sentimiento. Además, la comunicación del aprecio no debe caracterizar los atributos del otro, sino referirse a la experiencia sentida. Cuando decimos “aprendí mucho de tu charla” informamos. Nadie respondería “¡Mentira!”. Si decimos “eres muy inteligente” formamos a la persona en nuestra mente, es decir, le ponemos un traje que puede que no le sirva o le quede, a su juicio, cómodo. Si rechaza nuestra valoración, porque no considera que es justa, nuestro aprecio no será tan efectivo. Por otro lado, la admiración atribuida a la persona se convierte en una expectativa. En lo adelante, esperaremos que la persona siempre demuestre ese atributo y esto nos puede llevar a la decepción.
Visto así, es fácil admirar la risa de los hijos, la comprensión del esposo, la aceptación de los amigos, la paciencia de los padres y la exigencia del jefe. Palabras menores. Personas imperfectas, no eternas…extraordinarias.

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe.11 Abril 2009

sábado, 4 de abril de 2009

Autovaloración vs. Reconocimiento

Esta semana enfrenté el reto de influenciar a mi hija de doce años para que asistiera a una competencia intercolegial de ortografía. Había sido escogida por ser ganadora en años anteriores, pero ahora se negaba a participar. El ejercicio de persuasión se desplazó desde la valoración de sus habilidades hasta la advertencia sobre las consecuencias de no asistir. Al motivarla a través del significado del reconocimiento de los demás (de ella como campeona) me argumentó lo que, “de forma muy dura”, aprendió en su vida. Ser la mejor en la escuela te gana una etiqueta de nerda, o sea, nada cool. Pero, tal como le enseñé entonces, ella aprendió que lo importante no es lo que otros piensen de ella, sino lo que ella piense de sí misma. En este caso, y para los fines del “Spelling Bee”, ella plantea que sabe que es buena en ortografía, o sea que el reconocimiento de los demás no tiene valor, y por tanto tampoco lo tiene un trofeo. Esta afirmación la establece con la frase introductoria “no es por nada”, lo cual quiere decir que no está siendo presumida. De hecho, está siendo honesta. Apelé a su compromiso con el colegio y otros cuantos valores, pero lo cierto es que asistió sólo para evitar la consecuencia. La lógica de Isabella me dejó algo inquieta. Mi mensaje parecía algo confuso: no importa lo que la gente piense de ti si es malo, pero sí importa si es bueno.
Quizá sabemos en nuestro corazón que lo que hacemos está bien, pero es afianzador escucharlo en palabras (o leerlo en trofeos) de los demás. Y aunque su mundo adolescente gira hoy a su alrededor, el del futuro no será así. Creer que lo que hacemos y como lo hacemos está bien, o hace una diferencia, puede también motivarnos a hacerlo mejor. Más importante aún, escuchar que nuestro trabajo es valorado por otros puede confirmarnos que importamos como personas. Nos conecta con los demás.
Sin embargo, le guardo mi clase de liderazgo para más tarde, cuando tenga la tarea de motivar. Mientras tanto, le confirmo que sí es importante lo que piensa de sí misma, y que espero que sus palabras estén siempre tan bien intencionadas como deletreadas.

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 4 Abril 2009

miércoles, 1 de abril de 2009

¿Los nuevos 30?

Con los 40 llegan algunas cuestiones y consignas. Ante la pregunta “¿Qué se siente?” y la consigna “los 40 son los nuevos 30”, admito mi duda.
Kegan, profesor de desarrollo adulto de Harvard, explica que crecer implica un desplazamiento de Sujeto a Objeto. El Sujeto es parte de lo que somos. El Objeto está separado y, por tanto, podemos cuestionarlo. Mientras más cosas tomamos como Objeto más compleja es nuestra visión porque tenemos más para reflexionar y asumir como responsabilidad. Eso es madurar. Sucede a través de las Ordenes de la Mente: formas de construir la realidad que van desde la manera mágica de un niño, el primer Orden, hasta la de una persona madura. Cada orden representa un nivel superior de complejidad de mente. En el segundo Orden habitan los adolescentes, que viven en un mundo que gira a su alrededor y todo lo importante es Sujeto. En el tercer Orden, donde habita más de la mitad de los adultos, se han internalizado sistemas de creencias (valores familiares, ideologías políticas y culturas organizacionales) y el ego se subordina ante estándares sociales. Es aquí donde ejercitamos la capacidad de reflexión sobre las acciones propias y las de los demás. Para esto conformamos la junta directiva de la cabeza y en cada decisión la consultamos. Esos “directores” que son nuestros valores y creencias alzan sus voces haciendo cada decisión más compleja. Es por esto que, muchas veces, en el mundo adulto no parecen existir respuestas sencillas. En el cuarto Orden el adulto crea una identidad que existe separada de los sistemas de creencia en que vive y puede examinarlos desde fuera, es decir, hacerlos Objeto. Es aquí donde nos convertimos en presidentes de la junta de directores y definimos valores propios con los cuales tomar decisiones. En el quinto Orden aprendemos, además, a comprender las limitaciones de nuestro autogobierno y a integrar los diferentes sistemas de creencias. Vemos menos en blanco y negro, apreciamos más los tonos de gris y estamos más dispuestos a descubrir lo que existe más allá de nosotros mismos. Se trata menos de mí y más de los otros.
Comprendo que los 40 son ciertamente más complejos; pero también son, paradójicamente, más livianos. Concluyo que, afortunadamente, no son los nuevos 30.

Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 28 Marzo 2009

sábado, 21 de marzo de 2009

Estilista de Vida

Lo que más captó mi atención de una columna que leí en una revista femenina fue el título del autor, quien también es Coach, y firmaba como “Estilista de Vida”. Esto me hizo recordar una historia que cuenta Jack Welch en su libro Jack. Straight from the Gut. “En el avión hacia mi entrevista de trabajo, viajaba al lado de un colega de la Universidad de Illinois cuando algo extraño sucedió. La azafata vino y dijo: Sr. Welch, ¿desea un trago? Luego miró a mi colega y dijo: Dr. Gaertner, ¿desea un trago? Pensé que Dr. Gaertner sonaba mejor que Sr. Welch. Sólo tenía que quedarme dos años más. Así que sin más previsión que esa, me quedé en la universidad y completé mi doctorado.”
Muchos de los títulos que poseemos en algún momento nos han sido dados por alguna institución, una empresa, una ocupación u otra persona. Así, somos Licenciados, Gerentes, Amas de Casa o Megadivas. Algunos títulos, como “Doctor”, nos dan prestigio y nos abren puertas. Otros, nos abren juicios en la mente de los demás. Los primeros son un espejo en el que nos vemos a nosotros mismos. Los otros son un espejo del otro en el que él nos refleja; sólo son su percepción.
Ninguno de los dos nos define. En esencia, todos nos llamamos seres humanos. Nuestro rol o puesto no es lo que somos, sino sólo lo que hacemos. Los grandes títulos no son lo más importante. Quizá los más remunerativos no son de hecho los que reflejan lo que hacemos, sino los que mejor nos suenan (como a Jack) al lado de nuestro nombre. Estos son los que mejor muestran lo que queremos ser.
En algún momento he sido Licenciada y Directora, pero también he sido (en palabras de mi hijo cuando era pequeño) “Dra. de los golpes chiquitos” y además, mujer mantenida. Ahora me suena bien eso de ser “Estilista de Vida”. Quizá porque he aprendido que el valor de una vida se mide menos en competencia y más en significado.
Desde la mirada del coaching ontológico, el ser humano tiene la capacidad de inventarse a sí mismo. Es decir, de alguna forma, todos podemos ser “Estilistas de Vida”. La nuestra.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 21 Marzo 2009

sábado, 14 de marzo de 2009

Práctica Deliberada

Se ha planteado que las personas que nacen con un talento extraordinario son las que tienen mayor probabilidad de ser exitosas. En Recursos Humanos aplicamos esta creencia cuando deseamos contratar a Bill Gates. El problema es que los Gates son los menos. Desde la perspectiva de quien busca trabajo el problema es mayor si se piensa, con toda la razón, que no se puede nacer de nuevo con un talento deseado. En su libro “Talent is Overrated”, Geoff Colvin plantea una mirada distinta: si no nacimos Bill Gates, podemos ser Jack Welch.
Expone que la evidencia científica no apoya la noción de que talentos naturales particulares son la causa de un desempeño excelente y que ni el talento ni el trabajo duro hacen la diferencia en los exitosos. Las investigaciones revelan que la inteligencia tampoco es un prerrequisito para el alto desempeño. Esto no sólo es relevante en las organizaciones sino también en el plano personal. Entendemos a veces que debemos tener algunas capacidades innatas para tener éxito en nuestras relaciones con amigos, padres y conyugues. El coaching personal sucede justamente porque alguien siente que no está siendo exitoso en el rol que tiene y, por tanto, no es feliz.
El desempeño excelente, plantea Colvin, es el resultado de un esfuerzo muy específico al que llama práctica deliberada. Esta no es cualquier práctica, ya que no se trata simplemente de realizar la tarea muchas veces para ser bueno en ella. La práctica deliberada se caracteriza por algunos elementos: 1) es una actividad diseñada para mejorar el desempeño, 2) se ayuda de un maestro, 3) debe ser repetida muchas veces, 4) requiere retroalimentación continua, 5) es altamente demandante, y 6) no es tan divertida.
No se trata de si nací o no nací para ser gerente, esposo, ingeniero o cocinera. Se trata de qué tanto deseo serlo y de la dimensión del esfuerzo que estoy dispuesto a realizar. No podemos ser excelentes líderes o mejores padres como en piloto automático. La esencia de la práctica es constantemente tratar de hacer las cosas que no podemos hacer de manera fácil. Esa es la clave para ser el Tiger Woods en el campo de tu vida. La pregunta es: ¿Practicas deliberadamente para ser un mejor tú?



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 14 Marzo 2009

viernes, 13 de marzo de 2009

El costo de la razón

Hace unos días fui a recoger a mi hijo al colegio al final de la tarde. La salida del colegio es por una corta calle en la cual hay varios edificios de apartamentos. Los padres de hijos más grandes acostumbramos realizar una doble fila. Como ellos pueden cruzar, es más cómodo para nosotros, ya que no tenemos que hacer la larga fila que va paralela a la acera. Comprendo la práctica, fundamentada en nuestra necesidad de salir más rápido de allí y cumplir las responsabilidades y tareas de una complicada vida. Conozco muy bien la sensación de andar “juyendo” a toda hora, porque las 24 del día no parecen suficientes para las 25 de la vida. Pero justificamos esa vida, o porque no hay opción, o porque es lo correcto, o porque los beneficios materiales nos permiten alcanzar otras metas más importantes. En todo caso, parecería que tenemos algunos derechos por estar tan ocupados y ser unos padres muy responsables. Ir en vía contraria en la calle que nos convenga es uno de esos derechos. Ese día en particular hicimos lo de siempre. La diferencia fue que una vecina del colegio, que venía en la vía correcta, decidió permanecer en su lugar imposibilitando que la calle entera de padres al revés pudiéramos adelantar. El tapón duró media hora y resistió varias súplicas, diversos tonos y unos cuantos insultos. La señora no se movió y los padres tuvimos que dar reversa, uno a uno y uno más que otro bastante guapo. Ante el coro que mi hijo le hizo a la desaprobación de la señora, compartí con él la siguiente reflexión. Desde nuestro punto de vista, siempre tenemos la razón y nos gusta reafirmarlo. Lo hacemos con frecuencia en nuestras discusiones. Esto es así porque hemos invertido tanto en lo que sabemos que no queremos soltarlo…aún cuando no nos sirve para nada. Desde la mirada de coaching, no se trata de tener o no tener la razón, sino de para qué nos sirve sostenerla, y a qué costo. Ese día los padres perdimos media hora de la tarde. Por mi parte, gané al recordar que, a veces, es necesario dar dos pasos hacia atrás, y conceder, para salir adelante, y…crecer.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 7 Marzo 2009

sábado, 28 de febrero de 2009

El oído es egoísta

Una de las distinciones más simples y más valiosas que aprendí como coach es la diferencia entre lo que alguien dice y lo que nosotros escuchamos. Resulta que no escuchamos lo que el otro dice, sino lo que interpretamos de sus palabras. Las conversaciones externas son las que oímos, mientras que las conversaciones internas dicen más acerca de lo que estamos escuchando, es decir, lo que nos estamos diciendo a nosotros mismos. Nuestras conversaciones internas ocurren así: Luego de un evento, 1) inventamos una historia, 2) pensamos que nuestra historia es la verdad, 3) olvidamos que la inventamos, 4) tomamos o no tomamos una acción. Un ejemplo: Mi esposo me dijo que me vendría a buscar a las ocho para ir a cenar. Llama y dice que llegará una hora más tarde. Explicación 1: Algo anda mal en el trabajo. Explicación 2: No le gusta salir conmigo. Explicación 3: Siempre es impuntual. Según la explicación que yo elija, lo recibiré dispuesta a ayudarlo, triste, o harta, y disfrutaré, o no, la cena.
Con mucha frecuencia escuchamos la conversación equivocada: estamos tan ocupados escuchando nuestra conversación interna que realmente no escuchamos a los demás. ¿Por qué escuchamos lo que escuchamos? Usualmente por las experiencias pasadas, pero también por las creencias que tenemos de nosotros mismos. Escuchamos que el otro dice lo que pensamos de nosotros mismos. La otra razón es la emoción en la que nos encontramos. Por ejemplo, desde la culpa escucho: “te equivocaste”. En este caso vale decir, ¡todo se trata de ti!
Es la explicación del evento lo que es importante, porque ella (no el evento) es la que sirve para orientar nuestras acciones futuras. Resultados diferentes pueden ocurrir a partir de interpretaciones diferentes. Cuando creemos que nuestra interpretación del evento es lo que realmente sucedió, dejamos de escuchar y nos cerramos a ver nuevas oportunidades que nuevas explicaciones pueden revelar.
Como humano, no podrás abandonar tus particulares explicaciones. Así que antes de interpretar, responder o actuar, recuerda que tu oído es egoísta y que tus creencias son poderosas y excesivamente ruidosas. Bájale el volumen a los amplificadores de tus propias historias para que puedas observarlas antes de escucharlas. Sólo así escucharás exactamente lo que oyes.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 28 Febrero 2009

sábado, 21 de febrero de 2009

El Arco Iris de la Vida

Hace unos días en el trayecto de la casa al colegio, nos acompañó un espectacular arcoíris. Luego del oportuno “¡Qué ápero!”, mi hijo me aseguró (no me preguntó) que debía haber una explicación científica de cómo se crea un arcoíris. El arcoíris se crea cuando la luz solar incide sobre las gotas de lluvia. Los colores son los de la luz blanca, dispersa. El observador del arcoíris debe estar localizado entre el sol y una lluvia de gotas esféricas, es decir, una lluvia uniforme. Sin embargo, dos personas que se encuentren al lado verán la luz dispersa por gotas distintas, es decir que cada uno verá su propio arcoíris. O sea, la explicación científica del arcoíris es que el arcoíris no existe. Es una imagen de luz dispersa, apreciada según la posición del observador.
Admito que me hubiera sentido cómoda con esta explicación. Es muy fácil para algunos de nosotros ver en blanco y negro: bien o mal, sencillo o complejo, justo o injusto. Lo difícil es ver los tonos en el medio, esos a los que los racionales elegimos llamar grises, como todo lo indefinido, porque aún nos cuesta comprender que lo indefinido está lleno de colores, como el arcoíris. Que entre lo correcto y lo incorrecto, lo planificado y lo espontáneo, la tristeza y la alegría encontramos…la vida.
Y que en el misterio que no puede explicar la ciencia nos encontramos a nosotros mismos, pero sobre todo a los demás: incompletos, imperfectos y repletos de tonalidades que nos parecen inexplicables, y por tanto, interesantes.
En la práctica Zen un dilema que la mente racional no puede resolver es un koan. La clave para resolverlo es un desplazamiento en la forma de ser del estudiante que permite un nuevo entendimiento de la pregunta. En coaching le llamamos a esto un cambio en el observador.
La respuesta que elijo para mi hijo es que la ciencia sólo es conocimiento organizado; pero que la mayoría de las cosas que le dan a la vida profundidad, significado y valor son impermeables a la ciencia. Mucho de la vida nunca puede ser explicado, sino sólo presenciado. La capacidad de verlo en colores, como el arcoíris, es nuestra. Sólo basta movernos una gota.




Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 21 Febrero 2009

sábado, 14 de febrero de 2009

El Maestro del Amor

En su libro Seamos Personas de Influencia, John C. Maxwell plantea que un buen líder, o cualquiera que desee tener influencia en los demás, debe ser alguien que nutre a los demás. Los alimentos para la dieta de la influencia son respeto, sentido de seguridad, reconocimiento, ánimo, y amor. Este último, reconozco, no es muy frecuente en el menú organizacional.
Respetar implica contabilizar lo mejor de la otra persona y reconocer su capacidad y potencial de contribuir. Cuando la persona es distinta a uno, el mayor respeto se demuestra cuando permitimos que esas diferencias se conviertan en un aprendizaje para nosotros. El sentido de seguridad no tiene que ver con garantizar el puesto de trabajo, sino simplemente con ser coherente; es decir, hacer lo que uno dice que va a hacer. El reconocimiento es la herramienta de motivación más costo-efectiva de que dispone un líder. Todos sabemos lo bien que se siente escuchar: ¡Qué bien lo hiciste! Definitivamente todos tenemos la tarea de practicar eso más. ¡Es tan fácil! Existen experimentos psicológicos que demuestran el poder del ánimo en la capacidad de una persona resistir el dolor. Al ánimo le han llamado el “oxigeno del alma”. Lo mejor es que es gratis. ¡Anímate!
Con relación al amor, Maxwell nos cuenta esta historia escrita por un buen maestro: “Me alivió mucho cuando comencé a entender que el joven necesita más que un tema. Conozco las matemáticas, y las enseño bien. Antes pensaba que eso era todo lo que tenía que hacer. Ahora enseño a niños, no enseño matemática. Acepto el hecho de que solo puedo alcanzar éxito parcial con algunos de ellos. Cuando no tengo que conocer todas las respuestas, parezco tener más soluciones que al tratar de ser el experto. El joven que realmente me llevó a entender esto fue Eddie. Un día le pregunté por qué creía que le iba mucho mejor que el año pasado. Le dio significado a toda mi nueva orientación. “Porque me siento bien conmigo mismo cuando estoy con usted”, dijo.
Esta es la definición más realista que he encontrado del amor. Hoy es un buen día para regalarte esta pregunta: ¿Te gusta quien eres cuándo estás con esa persona?


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 14 Febrero 2009

domingo, 8 de febrero de 2009

El Viaje del Maestro

Todos nos planteamos alguna meta que requiere aprendizaje: hablar inglés, hacer una maestría en administración, aprender a tocar el piano o rebajar. En todas ellas, y no sólo en la académica, podemos lograr la maestría. Todas son un proceso y requieren un viaje. George Leonard, en su libro Mastery, le llama el viaje del maestro. Propone que el mismo no está reservado para las personas con talentos excepcionales, sino que está disponible para cualquiera que esté dispuesto a ponerse en el camino y permanecer en él. El viaje del maestro comienza siempre que tú decidas aprender una nueva habilidad. Realizar el viaje del maestro se trata de empezar con algo difícil y hacerlo fácil y placentero a través de la instrucción y la práctica. Esto es lo que debes saber.
1) Pregunta cómo llegar: con humildad, permite a otro que te enseñe y recuerda que los estudiantes más lentos reciben mayor atención que los talentosos.
2) No uses el “autopilot”: No te rindas ante el aburrimiento o caigas ante la tentación de acabar rápido. Practica en cada curva y descansa en cada recta. Recuerda una cita que dice que “Toma 20 años alcanzar el éxito de la noche a la mañana”.
3) Mira hacia adelante: Mantén claro tu objetivo. Visualízate como el maestro en que te estás convirtiendo, ya sea en toga o en bikini, pega esa foto en tu mente.
4) Disfruta el camino: Michael Phelps no practica sólo para ser el mejor. ¡Le encanta nadar!
5) No te acomodes: Cuando lo seas, no te llames experto, sino aprendiz. Esto te permitirá alcanzar el siguiente nivel de conocimiento. En artes marciales, el maestro es el que se queda en la alfombra cinco minutos más que todos los demás.

En algún momento, te preguntarás si devolverte y buscar una vía más fácil, o si continuar el viaje. Igual te sucede en tu vida, con todo lo que tiene que ver con cambiar y crecer. Lo bueno es saber que no sólo tienes la capacidad de aprender, sino también la capacidad de decidir si realizas y permaneces en el viaje. Si embarcas descubrirás que, como en la vida, el camino es tanto o más placentero que el destino.

Columna Ser Lider. El Caribe. 7 Febrero 2009

sábado, 31 de enero de 2009

Ejercitar las Emociones

Uno de los aprendizajes más fundamentales de nuestra formación como coaches es el de las emociones. Dentro de la filosofía de coaching ontológico encontramos la distinción entre emociones y estados de ánimo. Las emociones son el resultado de un evento; por ejemplo, la muerte de una persona querida nos causa tristeza, e incluso ira. Los estados de ánimo existen antes del evento y, en muchas ocasiones, son capaces de producir un evento distinto. Por ejemplo, desde la ira, nuestra capacidad de producir resultados positivos es limitada.
Un sentimiento puede ser una emoción y un estado de ánimo a la vez. Por ejemplo, podemos sentir alegría en un momento dado porque ha ganado nuestro equipo favorito de beisbol. Este sentimiento es pasajero. De igual forma, podemos amanecer alegres todos los días.
Si bien es cierto que existen factores externos que definen algunas de nuestras emociones más frecuentes, también es cierto que podemos aprender a sentirlas, distinguirlas y usarlas. No me refiero a la errada interpretación de que ser emocionalmente inteligente es controlar las emociones. Todo lo contrario; se trata de ejercitar la emociones. La lección primera es comprender que no existen sentimientos malos ni buenos. Hemos estado expuestos a la creencia de que no debemos sentir culpa, ira o tristeza. Todas estas emociones son válidas y lo importante es comprenderlas y saber que hablar de ellas no es femenino, como socialmente es visto, sino humano. Aunque sea en nuestras conversaciones internas, la clave es preguntarnos, primero, ¿qué me cuenta la emoción que siento? De la tristeza aprendí que te habla de lo que te importa. La otra pregunta que podemos hacernos si nos “cocheamos” a nosotros mismos es: ¿para qué o a quién le sirve, por ejemplo, la culpa que siento? Cuando encontremos esa respuesta habrá terminado la hora de visita y nos podremos despedir de esa emoción…hasta encontrarnos con la próxima. Con tiempo y ejercicio encontrarás emociones que sirven a tus propósitos o a los de quienes quieres. En ellas decidirás establecer residencia y ese será el estado de ánimo desde el cual producirás tus resultados. Esa es la diferencia entre visitar una emoción y vivir en ella. La pregunta es: ¿Tú en cuál te has mudado?



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. www.elsillonamarillo.blogspot.com
Columna Ser Líder. El Caribe. 31 Enero 2009

sábado, 24 de enero de 2009

La Buena Vida

La psicología positiva nos presenta el estudio de las fortalezas de carácter y formas de medirlo durante la vida de una persona, o lo que podría convertirse en la ciencia de la fortaleza humana. El enfoque de esta nueva ciencia es lo que está bien acerca de las personas y, específicamente, las fortalezas de carácter que hacen posible una buena vida. Dentro de este dominio de la excelencia humana encontramos las distinciones entre virtudes, fortalezas de carácter y hábitos situacionales.
Las virtudes son características esenciales universales valoradas por filósofos morales y pensadores religiosos. Las virtudes son: sabiduría, coraje, humanidad, justicia, moderación y trascendencia. Las fortalezas de carácter son diferencias individuales, reconocibles mediante el comportamiento, que demuestran una virtud. Por ejemplo, la virtud de sabiduría puede ser alcanzada mediante fortalezas tales como curiosidad y amor por el aprendizaje. Los hábitos situacionales son acciones que manifiestan una fortaleza sólo en situaciones particulares, tales como la empatía. Los hábitos pueden ser culturales.
Un estudio ofrece una clasificación de las virtudes y fortalezas humanas y se plantea que una persona tiene una virtud cuando demuestra todas menos una o dos de las fortalezas:
Sabiduría: creatividad, curiosidad, apertura, aprendizaje y perspectiva.
Coraje: valentía, persistencia, integridad y vitalidad
Humanidad: amor, amabilidad e inteligencia social
Justicia: ciudadanía, imparcialidad y liderazgo
Moderación: capacidad de perdonar, humildad, prudencia y auto-regulación
Trascendencia: apreciación de la belleza, gratitud, esperanza, humor y espiritualidad
Lo importante es que al ejercitar nuestras fortalezas particulares de carácter adquirimos un sentido de identidad y construimos una ruta hacia la realización personal y a lo que podemos realmente llamar una buena vida. A diferencia de los talentos, que son más innatos y menos voluntarios, las fortalezas de carácter pueden ser moldeadas por el entorno y también adquiridas mediante conocimiento. Esto implica que pueden ser transformadas. Lo que esto significa es que para sentirte mejor contigo mismo es más efectivo trabajar en las fortalezas de tu carácter y no en tus debilidades. La pregunta es entonces, ¿cuál es el camino que deseas construir para llegar a la buena vida? Encontrarás la respuesta cuando descubras cuáles de tus fortalezas estás ejercitando con tus acciones, y, por tanto, cuál virtud es tu mayor regalo a los demás.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 24 Enero 2009

miércoles, 21 de enero de 2009

¿Quién es el Líder?

Cito a un orador que cuenta que una vez bromeó con una audiencia inglesa al comparar un equipo de hombres ingleses a un equipo de remo de río, el cual describió como “ocho hombres remando hacia atrás rápidamente y sin hablarse, guiados por alguien que no sabe remar”. En la audiencia se encontraba una antiguo campeón de remo, quien le contestó: ¿Cómo piensa usted que podemos remar hacia atrás tan rápido sin siquiera hablarnos y guiados por alguien que no sabe remar, si no nos conociéramos muy bien, si no tuviéramos confianza total para hacer nuestro trabajo, y si no hubiese un compromiso compartido, casi una pasión, de llegar a la misma meta? Esta es precisamente la fórmula del equipo perfecto.
El orador le preguntó, ¿quién es entonces el gerente del equipo? El remador le contestó: No hay. A menos que eso le llames al administrador que está detrás en las oficinas. Gerente, le recordó, es sólo un título sin importancia en las organizaciones de colegas.
El orador insiste: ¿quién es entonces el líder? Eso depende, le contesta el remador. Durante la carrera, el líder es el pequeño hombre que nos guía (el que no sabe remar), porque es el único que puede ver hacia dónde vamos. Pero también está la palada (o movimiento), la cual define un estándar para todos nosotros. Ella es líder también, en alguna forma. Pero fuera del río está el capitán del equipo, quien nos selecciona, nos integra y construye nuestro compromiso hacia la meta y nuestra dedicación. Finalmente, en entrenamiento, está nuestro entrenador, quien es sin duda la mayor influencia en nuestro trabajo. Así que, como ve, concluye, no hay una respuesta simple a su pregunta.
Comprendió el orador que un equipo de remo tiene que estar basado en la confianza si desea ser exitoso. Y si cualquier miembro del equipo no ejerce su rol de liderazgo, el equipo no logrará ganar.
El líder es, en fin, el que sabe hacia dónde va, pero también el que está detrás. El líder es el que motiva al compromiso e integra voluntades y capacidades. El líder es el que enseña, confía y fluye. El líder es el que rema con y para otros.


Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 17 Enero 2009

miércoles, 14 de enero de 2009

¡Presente!

Recientemente, al preguntarle a un coachee cómo estaba, me respondió: “ausente”. Al tratar de entender esta respuesta, estado ó sentimiento, aprendí que estar ausente no es una opción, o por lo menos, eso elijo pensar. De hecho, es una contradicción de términos: si estás, no estás ausente. Sin embargo, reconozco que a veces sentimos que estamos ausentes. Estudiamos, pero no aprendemos, tenemos un trabajo, pero no pertenecemos. Somos miembro de una familia, pero no sumamos. Tenemos una pareja, pero no nos damos. Somos ciudadanos de un país, pero no participamos. En el silencio de la ausencia estamos, básicamente, vivos para que haya más gente.
Quizás nos sería útil copiar una costumbre de una cultura aún no civilizada en la que el saludo es “Te Veo” y la respuesta es “Estoy Aquí”. Esto significa que, hasta que no me ves, no existo. Cuando tú me ves, me traes a la existencia: una persona es una persona como causa de otra persona. La identidad está basada en el hecho de que puedes ser visto, es decir, que las personas que te rodean te respetan y te reconocen como persona.
Aprovechemos que un nuevo año nos llama. Que no nos tenga que encontrar. No es lo mismo. A la llamada, respondemos. No es semántica, es actitud. Propongo lo primero, y la respuesta: ¡Presente!, ¡Presente!, ¡Presente! Tres veces.
La primera porque es ahora, en este momento. En mi tiempo, mi circunstancia, mi familia, mi país. Asumir el ahora implica abandonar toda esperanza de un mejor pasado. Supone perdonar. Significa convertir las lecciones en herramientas, construir el camino hacia el futuro que quiero y puedo tener, y dar el primer paso, hoy.
La segunda porque es aquí, en el lugar donde tengo el cuerpo. En el que no puedo hacerme sentir y dejar huella si no piso y camino. En el que tengo que estar entero, 100%, para vivir con integridad y no disperso. Donde tengo que enfocar la energía que soy para convertirme en quien puedo ser.
La tercera porque soy un regalo. Porque mi propósito es darme y ser alguien, para los demás.
Desde una perspectiva práctica, la vida es como una rifa: para ganar hay que estar presente.




Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 11 Enero 2009

Buenas Metas

Las investigaciones revelan que uno de los aspectos de la vida más importantes para la felicidad, dentro de nuestro control, son las metas. Estas son vitales para las personas porque le permiten organizar su vida para satisfacer necesidades cruciales existenciales, sociales y personales. Las metas nos dan dirección, nos motivan y estructuran nuestro tiempo, nuestras acciones y nuestras decisiones. Trabajar para lograr una meta nos da la sensación de significado, y alcanzarla nos provee una sensación de logro. Investigadores de la psicología positiva han encontrado una relación directa entre la persecución de metas y la felicidad, y nos ofrecen tres aspectos vitales de una “buena” meta.
Orientación de la meta: las metas de enfoque son aquellas en que las personas se esfuerzan por alcanzar lo que quieren. Las de evasión son las que utilizan el esfuerzo en evitar lo que no se quiere. Desafortunadamente, a veces gastamos más energía evitando lo que no queremos que persiguiendo lo que verdaderamente deseamos. Existe una relación directa entre las metas de evasión y el stress, la ansiedad, menor felicidad, menor satisfacción social y pobres percepciones de salud.
Contenido de la Meta: las metas con temas asociados a intimidad (“Tratar de escuchar mejor”), espiritualidad (“Apreciar las creaciones de Dios”) y generatividad (“Ser un buen modelo”) están positivamente asociadas a la felicidad. Las metas con temas asociados al poder (“Convencer a otros de que estoy en lo correcto”) trabajan en contra de la felicidad.
Motivación de la Meta: no se trata de qué queremos, sino de por qué lo queremos. La motivación de las metas es intrínseca cuando son satisfactorias en sí mismas, por ejemplo, ocupar un puesto porque es retador. Es extrínseca cuando buscan una recompensa adicional a la meta, por ejemplo, ocupar un puesto por lo que paga. Las metas intrínsecas están asociadas con el bienestar. Las extrínsecas, tales como popularidad, atracción física y dinero están asociadas a ansiedad y problemas personales.
En este inicio de año, las preguntas de lugar entonces son: ¿Cuáles son tus metas de enfoque?, ¿Cuál es el contenido de tus metas?, y ¿Es la motivación de tus metas intrínseca? Dime qué metas persigues, y te diré qué tan feliz eres.



Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 4 Enero 2009

¿Cuál es tu historia?

El fin del año es siempre oportuno para hacer revisión a lo que hemos logrado como líderes y plantearnos las metas a lograr hacia adelante. Nos revisamos, chequeamos como completadas algunas tareas, y anotamos otras más para alcanzar. En el plano personal, nos toca a nosotros mismos liderar el esfuerzo de motivarnos a confiar en nuestras capacidades de logro y a ver un futuro lleno de posibilidades. Este proceso tiene dos partes: la re-visión de lo pasado y la visión del futuro. Desde la mirada de coaching, ambos son una historia; una es un re-cuento y la otra un cuento. La eficacia con que logremos repasar el pasado y visualizar el futuro depende de nuestra capacidad para construir una buena historia.
Todas las grandes historias tienen cinco características básicas:
1. Un protagonista que le importa al oyente. La historia se trata de una persona con la que podemos relacionarnos.
2. Un catalizador que convence al protagonista a actuar. Algo importante ha cambiado y depende del protagonista colocar las cosas de nuevo en su lugar.
3. Pruebas y tribulaciones. Surgen obstáculos que producen frustración, conflicto y drama que conducen a una transformación esencial en la vida del protagonista.
4. El punto crítico. El protagonista ya no puede ver las cosas como antes.
5. La resolución. El protagonista triunfa de manera magnífica o fracasa de manera trágica.
Todos podemos contar historias. Es, de hecho, la manera en que nos revelamos, la forma en que nos definimos ante los demás. Sin embargo, no siempre contamos historias propias. A veces repetimos las que tomamos prestadas de personas que han influido en nuestras vidas y estas historias nos atrapan en un cuento en el que no somos el protagonista, sino un personaje en un rol secundario y con características que no son nuestras.
Te invito a replantear tu historia pasada y encontrar en ella las lecciones aprendidas y a contar un nuevo cuento del futuro en el que te relacionas, actúas, vences y creces. Las preguntas son: ¿En la historia que protagonizas, importas?, ¿Qué cambios has de enfrentar o provocar?, ¿Cuáles pruebas debes vencer? ¿Cuál es el punto crítico, la meta?, ¿Con qué palabras describes tu triunfo? Esta nueva historia, ¿te gusta?




Maril Núñez es Coach Personal & Profesional. maril.nunez@invenio.com.do
Columna Ser Líder. El Caribe. 28 Diciembre 2008